lunes, 3 de junio de 2013

El Jugador de Fútbol - Reflexiones - Vídeo

Un muchacho vivía solo con su padre y ambos tenían una relación extraordinaria y muy especial.
El joven pertenecía al equipo de fútbol americano de su colegio; habitualmente no tenía oportunidad de jugar, bueno, casi nunca, sin embargo su padre permanecía siempre en las gradas haciéndole compañía.
El joven, que era el más bajo de la clase cuando comenzó la secundaria, insistía en participar en el equipo de fútbol del colegio; su padre siempre le daba orientación y le explicaba claramente que “él no tenía que jugar al fútbol si no lo deseaba en realidad”. Pero el joven amaba el fútbol, tanto que no faltaba ni a un entrenamiento ni a un partido y estaba decidido a dar lo mejor de sí, se sentía felizmente comprometido.
Durante su vida en la secundaria, le recordaron como el calentador de banquillos, debido a que siempre permanecía sentado en él… Su padre, con su espíritu de luchador, siempre estaba en las gradas dándole compañía, palabras de aliento y el mejor apoyo que ningún hijo podía esperar. 
Cuando comenzó la universidad, intentó entrar al equipo de fútbol. Todos estaban seguros de que no lo lograría, pero a todos venció entrando al equipo.
El entrenador dio la noticia, admitiendo que le había aceptado, sobre todo por como él demostraba entregar su corazón y su alma en cada uno de los entrenamientos y al mismo tiempo, le daba a los demás el entusiasmo perfecto. La noticia llenó por completo su corazón, corrió al teléfono más cercano y llamó a su padre, quien compartió con él su emoción. Le enviaba en todas las temporadas, las entradas para que asistiera a todos los partidos de la universidad.
El joven atleta era muy persistente, nunca faltó ni a una práctica ni a un partido durante los 4 años de la universidad y ¡nunca tuvo la oportunidad de participar en ningún partido!
Era el final de la temporada, y justo unos minutos antes de que comenzara el primer partido de la eliminatoria, el entrenador le entregó un telegrama. El joven lo tomó y después de leerlo, se quedó en silencio… y temblando le dijo al entrenador: “mi padre murió esta mañana, ¿hay algún problema en que falte al juego?; el entrenador le abrazó y le dijo: “toma el resto de la semana libre, hijo, y no se te ocurra venir el sábado”
Llegó el sábado y el juego no estaba muy bien en el tercer cuarto. Cuando el equipo tenía 10 puntos de desventaja, el joven entró al vestuario, calladamente se colocó el uniforme y corrió hacía donde estaba el entrenador y su equipo, quienes estaban impresionados de ver a su luchador compañero de regreso. “Entrenador, por favor permítame jugar, yo tengo que jugar hoy", imploró el joven. El entrenador simuló no escucharle, de ninguna manera podía permitir que su peor jugador jugara en las eliminatorias, pero el joven insistió tanto que el entrenador sintió lastima y aceptó: “Ok hijo, puedes entrar, el campo es todo tuyo, dijo minutos después.
El equipo y el público, no podían creer lo que estaban viendo, un pequeño desconocido, que nunca había participado en un juego, estaba haciendo todo perfectamente brillante, nadie podía detenerle en el campo, corría fácilmente como toda una estrella; su equipo comenzó a ganar, hasta que empató el juego.
En los segundos finales del partido, el muchacho interceptó un pase y corrió todo el campo hasta ganar con una anotación. La gente que estaba en las gradas gritaba emocionada, su equipo le llevó a hombros por todo el campo, y finalmente, cuando todo terminó, el entrenador, que vio que el joven estaba sentado calladamente y solo en una esquina; se acercó y le dijo: “muchacho no puedo creerlo, estuviste fantástico”, dime ¿cómo lo lograste?; el joven miró al entrenador y le dijo: “usted sabe que mi padre murió… ¿pero sabía que mi padre era ciego?, el joven hizo una pausa y trato de sonreír… “Mi padre asistió a todos mis juegos, pero hoy era la primera vez que él podía verme jugar… y yo quise mostrarle que sí podía hacerlo”… .
Así que recuerda: Siempre existe alguien que está orgulloso de ti, que piensa en ti, que quiere estar a tu lado, quiere sujetar tu mano, quiere que te encuentres feliz, quiere abrazarte, admira tu fortaleza, no le gusta verte sufrir, te ama por quien eres, te considera un tesoro, confía en ti y sobre todo te considera su hijo. ¿Sabes quién es?, es el Padre Celestial, que sentado en su trono, está observándote y cuidándote.
Colosenses 3:17
Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Colosenses 3:23
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
1 Pedro 5:7
Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros
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