Muchas veces vemos puertas cerradas en nuestro caminar. Desearíamos avanzar y parece que no podemos, no vemos la forma de abrirlas. ¿Qué hacer en estos momentos? El mejor recurso que tenemos es la oración. Cuando nos doblegamos de corazón ante el Dios Todopoderoso, podemos ver como Él, majestuosamente, puede abrir puertas cerradas.
La cuestión principal es creer que tu petición te será concedida, debido a lo que Él te invita a hacer: elegir cualquier cosa del menú. Y puedes comenzar anticipando lo bueno que estará el entremés, incluso antes de que el camarero lo traiga a tu mesa. En la vida cotidiana hacemos un pedido en un restaurante y lo esperamos por fe.
Aunque es importante expresar tus peticiones y hablar con fe, algunos cristianos ponen demasiado énfasis en tener la posibilidad de llamar a las cosas según su existencia, independientemente de haber escuchado una invitación previa de parte del Señor para expresarlo por fe.
Porque por fe andamos, no por vista. — 2 Corintios 5:7
Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1
Vuestro Padre celestial sabe que necesitáis todas estas cosas. Mateo 6:32
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho. Juan 15:7
Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1
Vuestro Padre celestial sabe que necesitáis todas estas cosas. Mateo 6:32
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho. Juan 15:7
Todos estos versos de la Biblia nos muestran que Dios está listo a operar en bien de sus hijos. Las puertas que parecen cerradas podrán recibir el golpe de gracia que las hará sacudirse, para entonces abrirse de par en par. ¿Qué puerta cerrada vemos hoy ante nosotros? ¿La puerta de la oportunidad de un nuevo trabajo? ¿La puerta de oportunidades para nuestros hijos? ¿La puerta de ver la vida completada con la formación de un hogar estable? ¿La puerta de la economía?
No hay puerta que no ceda ante el poder de Dios. Hoy creo que veré puertas que se abren.
Señor, yo no puedo abrir esas puertas cerradas, pero llego en oración ante ti y en tu tiempo Tú las abrirás. Amén.
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