viernes, 26 de abril de 2013

El Señor es Mi Pastor - Devocional - Vídeo

“El Señor es Mi Pastor… Nada me faltará”. Salmo 23:1
Hoy es un día para disfrutar, a la luz del sol si es de día o de la luna si es noche, de esta hermosa imagen de Señor y Pastor que me presenta este maravilloso Salmo 23. Aquí encuentro la imagen del Señor altísimo, el Santo, y por lo tanto, yo, a su lado pequeño e impuro, por lo que no podría acércame a él; pero ese mismo Señor es también el Pastor, el confortador, el compañero, el amigo, quien está cerca de la oveja. ¿Cuál es el estado intermedio entre Señor y Pastor? Sin duda es la imagen de Padre. Por eso me gozo hoy en este Salmo, que en realidad es el Salmo de la Paternidad Divina.
 El Padre provee cuidado y por lo tanto nada me faltará. ¿Qué implica la expresión “Nada me faltará”?: implica la realidad de que nada me menguará, porque Él todo lo engrandece dentro de mí. Nada me dejará vacío, porque Él todo lo llena. Nada quedará sin llenar.
Ninguna de las facetas de mi vida quedará incompleta, porque Él lo termina todo, lo construye todo. Por eso el Apóstol Pablo lo expresa en su carta a los Efesios cuando ora  “Para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. Un genuino y verdadero Padre siempre velará para que a sus hijos no les falte lo básico y necesario.
Dios, el buen Padre siempre vela por los que son suyos. Este es el día para ver en acción el amor del Padre en mi existencia. No importa lo que mis ojos puedan ver o mis oídos escuchar, porque sobre todo le veré a Él como mi Padre, Mi Señor y mi Pastor.
Mis temores y mis angustias se las llevaré a Él como oveja temerosa, y su presencia reanimará mis debilidades internas y como un hijo amado me recuperaré, porque el Altísimo es mi Pastor y por encima de todo es mi Padre.
Señor, Gracias por sostenerme con el poder de tu fuerza. Gracias por ser mi padre, que me anima, me sustenta y me alimenta. Hoy no estaré solo en este mundo confundido, sino que me guiarás con tu diestra y caminaré contigo como el niño camina tomado de la mano con su padre.
Nada ni nadie me hará retroceder porque tú me has dicho que estarás conmigo cada día hasta el final del camino. Hoy te quiero contemplar como mi Padre y mi Pastor.  Amén.

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