“El verdadero combate empieza cuando uno debe luchar contra una parte de sí mismo. Pero uno se convierte en un verdadero líder sólo cuando supera estos combates.”
Ser líder es un desafío, estar en posición de liderazgo no significa que se ha alcanzado todo o que se sabe todo. El hecho de ser líder no significa que se sea perfecto o perfecta, sino que es cuando más se nos ven nuestras imperfecciones. Ser líder significa ser mirado por muchos, y a muchos líderes no nos gusta estar en la mirada ajena, porque todo líder afronta una serie de combates contra sus enemigos potenciales.
Mantener la integridad. ¿Estoy haciendo lo correcto? Cuando usted es íntegro en sus palabras y lo demuestra con sus acciones, los demás le seguirán porque confían en usted.
Falta de confianza. ¿Confío en las personas? ¿Soy persona que confía en los de mi equipo? Los líderes que tienen confianza en sus colaboradores suelen tener éxito. La confianza se obtiene dando ejemplo.
Inseguridad. ¿Me siento seguro? ¿Me comparo con otros? Los líderes seguros sirven a su gente, no “golpean” o “maltratan” a sus colaboradores. La seguridad comienza cuando dejas de compararte y de excusarte en la posición que ocupas, y empiezas a servir a otros. La grandeza del liderazgo es dada por el servicio que prestas a otros.
Falta de delegación. ¿Estoy haciendo solo(a) el trabajo? No delegar tiene que ver también con la falta de confianza, al pensar que si lo hago estoy siendo deficiente. Sin embargo, cuando se delega se establece un buen ambiente de trabajo.
Temor a afrontar los conflictos. ¿Me cuesta confrontar a los colaboradores? Hay cierto temor a encarar abiertamente el problema; confrontar no es divertido, pero es necesario a la hora de buscar resultados en el que todos salgan ganando.
El miedo a fracasar. ¿Tengo miedo a fallar? Muchos líderes tienen temor a fallar y por eso no se arriesgan o no buscan mejorar o innovar; se esconden en excusas para no intentar alcanzar el éxito. Desconocen que del fracaso podemos aprender, que lo importante no es no caer, sino levantarse cuando se ha caído. Es mejor fracasar al intentarlo, que dejar de triunfar por temor a fracasar.
Orgullo. ¿Tengo orgullo en mi vida? No hay nada más peligroso que un líder orgulloso. El orgullo es un hilo muy delgado, tanto que muchas veces no nos damos cuenta de que lo tenemos. El considerarnos superiores, el pensar que todo lo sabemos, que no necesitamos a nadie y el pensar que no tenemos luchas, son todos síntomas de nuestro orgullo. Un líder debe ser lo suficientemente humilde para entender que no lo sabe todo, que necesita a otras personas para crecer y ser mejor en su liderazgo.
“Dichosos aquellos que pueden aceptar sus luchas internas y se dedican a combatirlas para mejorar sus vidas.”
¿Con qué otras cosas está luchando en su liderazgo?
¿De las siete mostradas, con cuál o cuáles se identifica?
¿Qué pasos dará en su vida para combatir aquellas cosas que le impiden mejorar su liderazgo?
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