martes, 9 de abril de 2013

¿Cómo no me voy al infierno? - Preguntas y respuestas bíblicas - Vídeo

Respuesta: No ir al infierno es más fácil de lo que tú piensas. Algunas personas creen que tienen que obedecer los Diez Mandamientos durante toda su vida, para no ir al infierno. Hay personas que creen que deben observar ciertos ritos y rituales para no ir al infierno. Otras personas creen que no hay manera de que podamos saber con seguridad, si vamos a ir al infierno o no. Ninguno de estos puntos de vista es correcto. La Biblia es muy clara sobre cómo una persona puede evitar ir al infierno después de la muerte.

La Biblia describe el infierno como un lugar aterrador y horrible. El infierno se describe como "fuego eterno" (Mateo 25:41), "fuego que nunca se apagará" (Mateo 3:12), "vergüenza y confusión perpetua" (Daniel 12:2), un lugar donde "el fuego nunca se apaga" (Marcos 9:44-49), y "eterna perdición" (2 Tesalonicenses 1:9). Apocalipsis 20:10 describe el infierno como un "lago de fuego y azufre", donde los malos son "atormentados día y noche por los siglos de los siglos". Obviamente, el infierno es un lugar que debemos evitar.

¿Por qué existe el infierno y por qué Dios envía gente allí? La Biblia nos dice que Dios "preparó" el infierno para el diablo y los ángeles caídos después de su rebelión contra Él (Mateo 25:41). Los que rechazan la oferta del perdón de Dios sufrirán el mismo destino eterno del diablo y los ángeles caídos. ¿Por qué es necesario el infierno? Todo pecado es, en última instancia, en contra de Dios (Salmo 51:4), y puesto que Dios es un ser infinito y eterno, sólo un castigo infinito y eterno es menester. El infierno es el lugar donde las exigencias de la justicia santa y justa de Dios se llevan a cabo. El infierno es donde Dios condena el pecado y a todos aquellos que le rechazan a Él. La Biblia deja en claro que todos hemos pecado (Eclesiastés 7:20, Romanos 3:10-23), así que, como consecuencia, todos merecemos ir al infierno.

Entonces, ¿de qué manera no vamos a ir al infierno? Dado que sólo un castigo infinito y eterno es suficiente, un precio infinito y eterno debe ser pagado. Dios llegó a ser un ser humano en la persona de Jesucristo. En Jesucristo, Dios vivió entre nosotros, nos enseñó, y nos sanó, pero estas cosas no eran Su misión final. Dios se hizo hombre (Juan 1:1,14) para que pudiera morir por nosotros. Jesús, Dios en forma humana, murió en la cruz. Como Dios, su muerte fue de un infinito y eterno valor, pagando el precio completo por el pecado (1 Juan 2:2). Dios nos invita a recibir a Jesucristo como Salvador, aceptando su muerte como el pago completo y justo por nuestros pecados. Dios promete que todo el que cree en Jesús (Juan 3:16), confiando en Él solamente como el Salvador (Juan 14:6), será salvo, es decir, no irá al infierno.

Dios no quiere que nadie vaya al infierno (2 Pedro 3:9). Por eso Dios hizo el sacrificio supremo, perfecto y suficiente en nuestro lugar. Si no quieres ir al infierno, recibe a Jesús como tu Salvador. Es tan simple como eso. Dile a Dios que reconoces que eres pecador y que mereces ir al infierno. Declara a Dios que estás confiando en Jesucristo como tu Salvador. Agradece a Dios por proveer para tu salvación y la liberación del infierno. ¡La simple fe, confiando en Jesucristo como el Salvador, es como se puede evitar ir al infierno!



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