EN EL CAMINO APRENDÍ... QUE EL TEMOR DE DIOS ES EL
PRINCIPIO DE LA SABIDURÍA
Eso es lo más
importante, lo más valioso que podemos tener y que Dios nos ofrece. Mas también aprendí…
Que llegar alto no es crecer.
Ni que escuchar es oír.
Ni lamentarse es sentir.
Que mirar no siempre es ver.
Ni acostumbrarse es amar.
En el camino aprendí...
Que andar solo no es soledad
Que la cobardía no es paz.
Ni se es feliz sólo por sonreír.
Y que peor que mentir es silenciar la verdad
Que puede un sueño
de amor abrirse como una flor y como esa flor morir
Pero que en su breve
existir: ¡Es todo aroma y color!.
El camino me enseñó:
Que no es sumisión
la humildad.
La humildad es ese
Don que se suele confundir:
“No es lo mismo ser
servil,
que ser un buen
servidor.
Cuando vayan mal las
cosas, como a veces suelen ir,
Cuando ofrezca tu
camino sólo cuestas que subir,
Cuando tengas poco
haber pero mucho que pagar,
Y precises sonreír, aún
teniendo que llorar,
Cuando el dolor te
agobie y no puedas ya sufrir...
Descansar acaso
debes, pero nunca DESISTIR
¡CUANDO TODO ESTÉ
PEOR, MÁS DEBEMOS INSISTIR!
APRENDÍ EN MI LARGO
CAMINO...
Qué los amigos son:
Para el frío:
ABRIGO.
Para la oscuridad:
LUZ.
Para el miedo:
REFUGIO
Para la adversidad:
ESPERANZA.
¡¡¡UN GRAN ABRAZO!!!
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