sábado, 9 de febrero de 2013

Mi Vida se Acabó - Crecimiento personal-espiritual - vídeo

 ”El único lugar donde tu sueño se vuelve imposible es en tu pensamiento.”
Robert H. Shuller
Hace poco, tuve una conversación con alguien que me dijo: “mi vida se acabó, no le encuentro sentido, soy un fracasado en todo, perdí la ilusión…”Cada una de sus palabras estaban marcadas por la frustración, y, así como esta persona, hay muchas más que piensan que sus vidas no están yendo a ninguna parte:
Personas que han perdido o están a punto de perder su matrimonio, su familia.
Personas que han perdido su trabajo o negocios.
Personas que han perdido su ministerio.
Para ellos la vida se ha acabado, piensan que ya no pueden volver a tener una relación, que nadie los va a contratar, que no tendrán una nueva oportunidad de ministrar. Sus pensamientos les hace volverse más temerosos, desconfiados, pesimistas y deprimidos.
Estas personas que han perdido sus sueños, lo que en realidad han perdido es la falta de propósito. Necesitan descubrir su propósito para no pasar el resto de sus vidas cometiendo errores, sintiéndose con sentimientos de fracaso. Ellos necesitan entender que su propósito debe ser mayor que los desafíos que se le presenten en la vida.
El propósito tiene que ver con la misión específica de mi vida que exige cumplimiento por mi parte. Nadie más puede hacerlo. Cada uno de nosotros ha sido creado con un propósito.
“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.” Efesios 2:10 (NVI)
Somos hechura suya, somos poesía, somos un regalo, somos su obra maestra, creados para buenas obras, para grandes cosas, para resultados extraordinarios.


Yo ya encontré mi propósito: “Si alguien me hubiera dicho, cuando fui salvo, lo que DIOS iba a hacer conmigo, simplemente no le hubiera creído. En mis inicios como cristiano no estaba seguro de si, algún día, mi vida sería una vida normal como tal, a consecuencia de mi pasado. No porque este fuera malo, ¡qué va!, sino por vivir casi siempre de espaldas al Señor.
DIOS entró, entonces, de lleno a mi vida y me prometió que sería restaurado para ser Su testigo (esto lo podemos ver en Isaías 43). Le seguí y, al hacerlo, Él me llenó de vida, mi ser fue restaurado. El pecado, el miedo, la depresión, las preocupaciones y la ansiedad fueron echados fuera de mí por el Espíritu Santo y remplazados por paz y gozo. Por supuesto que hubo momentos difíciles al sentirme frustrado por no tener, cuando yo quería, lo que DIOS había prometido y estuve tentado a rendirme, pero le pedí a Jesús Su fortaleza y me ayudó a seguir luchando. También la influencia de mis hermanos en Cristo y la influencia de mi congregación fueron, las dos, muy importantes para mí. En ese tiempo y proceso, DIOS depositó en mí dones para enseñar, para exhortar, para evangelizar a Su pueblo. Asimismo conocimientos, siendo el mejor de ellos la seguridad plena en mi vida eterna. También depositó en mí talentos, y lo mejor de todo es que me siento verdaderamente usado por Él. Todo esto era prácticamente imposible para mí en mis inicios como cristiano, cuando comencé a caminar con DIOS, pero nada es difícil para Él”.
M.G.L.
Es responsabilidad nuestra poder identificar nuestro propósito vital. De más está el decir que hay libros que nos hablan de eso y que los puedes conseguir en tu librería favorita. Sin embargo, estas preguntas siguientes son clarificadoras para identificar nuestro propósito:
¿Qué estoy buscando? ¿Qué es lo que me apasiona? ¿Para qué fui creado? ¿Cuáles son esas buenas obras que debo realizar?
Estas son algunas buenas preguntas, no son todas, pero te pueden ayudar a clarificar tu propósito y te llevarán a disfrutar la vida.
Hace unos meses una persona, ya avanzada en edad, había perdido su trabajo, en el que llevaba mucho tiempo y pensaba que ahí acabó todo, que a su edad nadie le contrataría. Un día, meditando en su familia y en la lección que les estaba enseñando a sus hijos, se encontró con que había razones para soñar, para no rendirse en la vida, que lo mejor que él podía hacer era conectarse con su propósito y levantarse de donde estaba, para vencer cada una de las dificultades. Comprometido en buscar empleo, creó su currículum, generó espacios de conversación con potenciales jefes de personal, desarrolló futuras relaciones y diseñó planes de acción, que le llevaron nuevamente a ser contratado. Esto no fue fácil, le costó aproximadamente tres meses conseguir el empleo. Sus creencias positivas o su fe, activa, le llevaron a conseguir ese trabajo donde hoy le valoran por sus talentos, capacidades y experiencia, y su futuro parece brillante. Eso se logra cuando logras conectarte con el propósito.
“Tienes que averiguar a donde quieres ir. Y luego debes dirigirte hacia allí. Pero, inmediatamente. No puedes darte el lujo de perder un minuto.”Jerome David Salinger
Cuando eres derribado por un fracaso en una relación o en un negocio, no pienses que la vida se acaba, porque Dios todavía no acabó contigo. Dios, cada día, trabaja en tu vida porque eres obra de sus manos. Descubre el propósito de Dios para ti, comienza a creer que los mejores días están por venir, no importa cuántas veces puedas caer, lo importante serán las veces que te levantes. Deja de pensar que la vida se acabó para ti y que no hay nada más por vivir. Deja de sentir lástima por ti y comienza a vivir como protagonista. No te enfoques en los problemas, enfócate en el propósito de Dios para tu vida.
Cuando pienses que la vida se te acaba, pregúntate: ¿qué cosas me pueden inspirar para superar mis problemas?
“Tu propósito debe ser mayor que tus problemas”




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