viernes, 15 de febrero de 2013

Mi Refugio -Meditación, reflexión


Unos pioneros estaban cruzando las praderas del viejo oeste en la búsqueda de tierra para cultivar. Viajaban en carretas cubiertas con lona. jaladas por bueyes y su progreso era muy lento. Un día, con horror, vieron en la distancia una nube de humo extendiéndose por kilómetros, llenando todo el horizonte. Era evidente que un incendio avanzaba rápidamente hacía ellos desde el oeste, consumiendo el pasto seco de la pradera. Habían pasado un río el día anterior, pero no había tiempo para regresar allí antes de la llegada de las llamas. ¿Qué hacer? Mientras estaban paralizados de miedo, un hombre se hizo cargo, mandándoles prender fuego al pasto que había tras ellos. Una vez que se hubo quemado un buen espacio, todos se refugiaron en el terreno quemado.
Mientras el terrible incendio se extendía velozmente, una niñita clamó con terror, 
-“¿Está seguro de que no seremos consumidos por el fuego?” 
El líder respondió, 
-“Mi hija, las llamas no nos pueden alcanzar aquí porque estamos parados donde el fuego ya pasó. Estamos a salvo.” Y así fue.

¡Qué ilustración de la seguridad que podemos encontrar en Cristo! El fuego del juicio de Dios pasó sobre Él y así se ha convertido en nuestro refugio. Estamos seguros para siempre porque estamos parados en el refugio donde el fuego ya ha pasado.

Sobre Él venganza de lo alto cayó,
que nos hubiera hundido al abismo.
Por nosotros padeció,
y así es nuestro refugio. 

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