martes, 19 de febrero de 2013

Dos verdaderos Amigos - Reflexiones

Hubo una vez dos buenos amigos. Eran inseparables, una sola alma. Alguna razón hizo que sus caminos tomaran rumbos distintos y se separaron.
Uno de ellos escribió:
"Yo nunca volví a saber de mi amigo hasta el día de ayer, después de 10 años, cuando caminando por la calle me encontré con su madre. La saludé y le pregunté por mi amigo. En ese momento sus ojos se llenaron de lágrimas y me miró a los ojos diciendo: murió ayer… No supe qué decir, ella me seguía mirando y pregunté cómo había muerto.
Ella me invitó a su casa, y, al llegar allí, me ofreció sentarme en la sala vieja donde pasé gran parte de mi vida; siempre jugábamos ahí mi amigo y yo. Me senté y ella comenzó a contarme la triste historia. Hace 2 años le diagnosticaron una rara enfermedad, y su cura era recibir cada mes una transfusión de sangre durante 3 meses.
-¿Recuerdas que su sangre era muy rara? 
-Sí, lo sé, igual que la tuya…
-Estuvimos buscando donadores y al fin encontramos a un señor vagabundo.
Tu amigo, como te acordarás, era muy testarudo, no quiso recibir la sangre del vagabundo. Él decía que de la única persona que recibiría sangre sería de ti, pero no quiso que te buscáramos. Todas los días decía: no le busquen, estoy seguro de que mañana sí vendrá…
Así pasaron los meses, y todas las noches se sentaba en esa misma silla donde estás tú sentado, y rezaba para que te acordaras de él y vinieras a la mañana siguiente. Así acabó su vida y en la última noche de su vida estaba muy mal, cuando sonriendo me dijo: madre mía, yo sé que pronto mi amigo vendrá, pregúntale por qué tardó tanto y dale esa nota que está en mi cajón.
La señora se levantó, regresó y me entregó la nota que decía:
Amigo mío, sabía que vendrías, tardaste un poco pero no importa, lo importante es que viniste. Ahora te estoy esperando en otro sitio, espero que tardes en llegar, pero mientras tanto, quiero decirte que todas las noches oré por ti y desde el cielo te estaré cuidando, mi querido mejor amigo.
¡Ah, por cierto, ¿te acuerdas por qué nos distanciamos?, sí, fue porque no te quise prestar mi pelota nueva. Jajaja, qué tiempos… éramos insoportables; bueno, pues quiero decirte que te la regalo y espero que te guste mucho.Te quiere mucho: tu amigo por siempre."
No dejes que tu orgullo pueda más que tú corazón…
La amistad es como el mar, se ve el principio pero no el final.

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