Esta idea de “volver a los orígenes” no está tan apartada en otros ámbitos de nuestra vida, tampoco es algo que sólo los artistas realicen. Cada uno de nosotros, en algún momento, hemos tenido que volver a los orígenes de algo, ya sea para corregir o para comenzar un proyecto nuevo.
Esta idea es muy real porque, ocasionalmente, hemos tenido que regresar al punto de partida para comenzar algo nuevo, o bien para corregir algo que tal vez no resultó como esperábamos o como se proyectaba desde un comienzo. Puede que en más de una ocasión nos hayamos visto en alguna de estas situaciones: un trabajo que se volvió extremadamente exigente y agotador, una amistad que no es como antes, relaciones familiares que en algún momento dejaron de ser tan cercanas como inicialmente fueron, una relación de pareja que se terminó y otra que recientemente comenzó, y una larga lista de etcéteras podríamos agregar aquí; todas ellas tienen el elemento común de que existía un plan original y éste no se cumplió.
Es posible que alguna vez hayamos perdido algún objeto, las llaves, un lápiz o algún documento que llevábamos en la mano. Para recuperarlo, empezamos a hacer mentalmente el recorrido desde que teníamos el objeto en nuestras manos hasta que nos percatamos de que ya no estaba. Eso también es regresar a los orígenes y nos permite encontrar el punto en que puede que esté lo que buscamos. Bueno, muchas veces lo hacemos con objetos y muy pocas veces con cosas muchísimo más valiosas que perdemos de vista, como la fe, la esperanza, la familia, la comunicación, el amor, la paciencia, la solidaridad, la capacidad de entrega desinteresada, el perdón…. Hay cosas que desaparecen de nuestra vida sin darnos cuenta y para reencontrarnos con ellas debemos volver a los orígenes, al punto exacto donde existían y donde de pronto se extinguieron.
Encantadora idea, porque, así como los artistas lo han hecho, cuando vuelve a aparecer en las radios una canción que ya no se escucha y nuevas generaciones, que no habían tenido acceso a ella, la cantan y bailan, de la misma forma, cuando nos encontramos con el lugar de origen de algo, nos encontramos con todas las emociones que se asocian a ese origen. Por ejemplo, las madres cuando ven fotos de sus hijos pequeños pueden, incluso, llegar a sentir el aroma a bebé de sus bebés. Vuelven al origen.
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