jueves, 24 de enero de 2013

¿Su vida está siendo construida en la roca o en la arena? - Devocional

Mateo 7:21-27
21. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos, sino el que hiciere la VOLUNTAD de mi Padre que está en los cielos.
22. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre sacamos demonios, y en tu nombre hicimos muchas grandezas?
23. Y entonces les confesaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad.
24. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé al varón prudente, que edificó su casa sobre la peña;
roca o arena
25. y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y combatieron aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la peña.
26. Y cualquiera que me oye estas palabras, y no las hace, le compararé al varón loco, que edificó su casa sobre la arena;
27. y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, e hicieron ímpetu en aquella casa; y cayó; y fue grande su ruina.
La palabra de Dios afirma que Jesucristo es la roca eterna, entonces nuestras vidas tienen que estar en Él.
Vivimos días donde muchos dicen creer en Dios y ser cristianos. Pero Dios está buscando hombres y mujeres que practican su palabra.
Practicar es OBEDECER.
¿Entonces, cuando construimos nuestra vida en la arena?
Cuando basamos nuestra vida cristiana en teorías. Hablamos de amor, pero odiamos a nuestro prójimo. Se habla de la compasión, pero somos indiferentes al sufrimiento de quienes nos rodean. Apreciamos la honestidad, la verdad, la humildad, la mansedumbre, incluso castigamos a los demás por sus imperfecciones.¿¿??
¿Y nosotros? ¿Estamos haciendo todo esto?
¿Nuestra vida tiene como fundamento las palabras o actitudes?
Dios nos llama locos cuando no hacemos Su voluntad.
26. Y cualquiera que me oye estas palabras, y no las hace, le compararé al varón loco, que edificó su casa sobre la arena;
No obedecer a Dios es una verdadera ruina para la vida del hombre.
27. y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, e hicieron ímpetu en aquella casa; y cayó; y fue grande su ruina.
Santiago 1:22-25
22. Mas sed hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores, ENGAÑÁNDOOS a vosotros mismos.
23. Porque si alguno oye la Palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
24. Porque él se consideró a sí mismo, y se fue; y a la hora se olvidó qué tal era.
25. Mas el que hubiere mirado atentamente  en la Ley de perfecta libertad, y hubiere perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho.
Jesús está más interesado en nuestro caminar, que en nuestro hablar. Él no sólo se preocupa si conoces su palabra, Él quiere saber si la practicas.
Conocer un juego es una cosa, saber jugar es otra muy distinta.
¿A quién crees que estás engañando? ¡Jesús lo conoce todo!
El Señor te invita hoy a ser obediente a Él.
Sin embargo, cuando practicamos su Palabra somos llamados  bienaventurados.
Soportamos los días malos y disfrutamos de Sus bendiciones.
24. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé al varón prudente, que edificó su casa sobre la peña;
25. y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y combatieron aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la peña.

Cambie su historia, deje a la Roca Eterna ser el fundamento de su vida.

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