domingo, 13 de enero de 2013

Ser Feliz - Reflexiones

Muchas veces dependemos de cosas y nos aferramos a ellas sin pensar que existen otros medios de resurgir. Es entonces cuando vienen situaciones inesperadas que nos obligan a cambiar.
Dos Ángeles viajeros se pararon para pasar la noche en el hogar de una familia muy adinerada.
La familia era ruda y no quiso permitir a los Ángeles que se quedaran en la habitación de huéspedes de la mansión. En vez de ser así, a los Ángeles les dieron un espacio pequeño en el frío sótano de la casa. A medida que ellos preparaban sus camas en el duro piso, el Ángel más viejo vio un hueco en la pared y lo reparó. Cuando el Ángel más joven preguntó ¿por qué?, el Ángel más viejo le respondió, “Las Cosas no siempre son lo que parecen.”
La siguiente noche, el par de Ángeles fue a descansar a la casa de un señor y una señora, muy pobres, pero el señor y su esposa eran muy hospitalarios. Después de compartir la poca comida que la familia pobre tenía, la pareja le permitió a los Ángeles que durmieran en su cama, donde ellos podrían tener una buena noche de descanso.
Cuando amaneció, al día siguiente, los Ángeles encontraron bañados en lágrimas al señor y a su esposa. La única vaca que tenían, cuya leche había sido su única entrada de dinero, yacía muerta en el campo. El Ángel más joven estaba furioso y preguntó al Ángel más viejo: ¿cómo permitiste que esto pasase? El primer hombre lo tenía todo, sin embargo tú le ayudaste, el Ángel más joven le acusaba, la segunda familia tenía muy poco pero estaba dispuesta a compartirlo todo, y tú permitiste que la vaca muriera.
“Las cosas no siempre son lo que parecen,” le replicó el Ángel más viejo. “Cuando estábamos en aquel sótano de la inmensa mansión, yo noté que había oro almacenado en aquel hueco de la pared. Debido a que el propietario estaba tan obsesionado con avaricia y no dispuesto a compartir su buena fortuna, yo sellé el hueco, de manera tal que nunca lo encontraría.”
“Luego, anoche mientras dormíamos en la cama de la familia pobre, el ángel de la muerte vino en busca de la esposa del agricultor. Y yo le di a la vaca en su lugar. “Las cosas no siempre son lo que parecen.”
Algunas veces, eso es exactamente lo que pasa cuando las cosas no salen como uno espera que salgan. Si tú tienes fe, solamente necesitas confiar en que cualesquiera que sean las cosas que vengan, serán siempre para tu provecho. Y esto sólo lo podrás saber un poco más tarde …
Algunas personas vienen a nuestras vidas y rápidamente se van…pero dejan una huella como estos dos ángeles.
Fui puesto a tu cuidado desde antes de nacer;desde el vientre de mi madre mi Dios eres tú. Salmo 22:10.
Porque él es nuestro Dios y nosotros somos el pueblo de su prado; ¡somos un rebaño bajo su cuidado! si ustedes oyen hoy su voz. Salmo 95:7.

Se cuenta una fábula acerca de un joven huérfano que no tenía familia ni nadie que le amase. Sintiéndose triste y solitario, caminaba un día por un prado cuando vio una pequeña mariposa atrapada en un arbusto espinoso.
Cuanto más pugnaba la mariposa por liberarse, más profundamente se le clavaban la espinas en su frágil cuerpo.
El muchacho liberó con cuidado a la mariposa, pero ella, en lugar de irse volando, se transformó ante sus ojos en un ángel.
refle amar07aEl muchacho se frotó los ojos sin poder creerlo, mientras el ángel decía:
- Por tu maravillosa bondad, haré lo que me pidas.
El muchachito pensó un momento y luego dijo:
- Quiero ser feliz.
- Muy bien –le respondió el ángel y luego se inclinó hacia él, le susurró al oído y desapareció.
Al crecer el pequeño, no hubo nadie en el país más feliz que él. Cuando la gente le pedía que les dijese el secreto de su felicidad, solamente sonreía y decía: “Escuché a un ángel cuando era niño”.
En su lecho de muerte, sus vecinos se reunieron a su alrededor y le pidieron que divulgase el secreto de su felicidad antes de morir. Finalmente, el anciano les dijo: “El ángel me dijo que cualquiera, sin importar lo seguro que pareciese, fuese joven o viejo, rico o pobre, me necesitaría”.
Con frecuencia amamos las cosas y usamos a las personas,
cuando en realidad deberíamos usar las cosas y amar a las personas.
Romanos 12:10
Sed afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, daos preferencia unos a otros.

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