jueves, 31 de enero de 2013

Las cuatro velas - Esperando con esperanza - vídeo

Las cuatro velas
Cuatro  Velas se  estaban consumiendo lentamente.
El ambiente estaba tan silencioso que se podía oír el diálogo entre ellas.
La primera dijo:
-¡Yo Soy la Paz!  A pesar de mi luz, las personas no consiguen mantenerme encendida.
Y disminuyendo su llama, se apagó totalmente.

La segunda dijo:
-¡Yo me llamo Fe!  Infelizmente soy superflua para las personas, porque ellas no quieren saber de Dios, por eso no tiene sentido continuar quemándome.
Al terminar sus palabras, un viento se abatió sobre ella, y se apagó.

En voz baja y triste, la tercera vela se manifestó:
¡Yo Soy el Amor!   No tengo más fuerzas para quemar. Las personas me dejan de lado porque sólo consiguen hacer que me manifieste para ellas mismas; se olvidan hasta de aquellos que están a su alrededor.
Y también se apagó.

De repente, entró una niña y vio las tres velas apagadas.
-¿Qué es esto?  Ustedes deben estar encendidas y consumirse hasta el final.
Entonces, la cuarta vela habló: 
-No tengas miedo, niña, en cuanto yo esté encendida podemos encender las otras velas.

Entonces la niña tomó la vela de la Esperanza y encendió nuevamente las que estaban apagadas.
¡Que la vela de la Esperanza 
nunca se apague dentro de nosotros!
ESPERANDO CON ESPERANZA

Esperanza: Confianza en lograr una cosa. Virtud teológica por la cual aguardamos de Dios su gracia y nuestra eterna salvación.
La palabra esperanza tiene mucho que ver con la acción de esperar algo que anhelas o deseas. La esperanza es una ilusión que mantiene al corazón vivo. Pero sabemos que esperar es una de las cosas más difíciles para nosotros, los seres humanos. Quien sabe esperar, verdaderamente tiene una de las virtudes más hermosas.
Cuando esperamos, se desarrolla en nosotros la constancia. Y la constancia a su vez requiere firmeza. Para tener firmeza nuestro carácter debe ser moldeado por Dios. Nuestro carácter es moldeado a través de las experiencias que vivimos en la vida y que nos sirven de aprendizaje.
La constancia es perseverancia y, casi siempre, quien persevera alcanza sus objetivos, sueños y metas. Cuesta ser decididos y perseverantes, sin embargo ese camino es seguro. En nuestras debilidades, el Espíritu Santo acude a ayudarnos, nos sostiene. A través de Él recibimos fuerzas y aliento para continuar.
Pero es linda la palabra que Salomón deja en Proverbios 23:18: “Porque ciertamente hay un porvenir, y tu esperanza no será frustrada”. El porvenir no es otra cosa que "el suceso o tiempo futuro”. Es lo que está por llegarles a aquellos que, aunque no se les hace fácil, saben esperar y confiar en Dios.
Dios dice: “Hijo(a) mío(a), tu esperanza no será frustrada. No serás privado de ver lo que esperas. El enemigo no malogrará los planes de bien que tengo para contigo”.
Así que recuerda que a Abraham y Sara no se les hizo fácil esperar durante años la llegada de Isaac. Pero cuando Isaac llegó al hogar, trajo la risa y la felicidad. Así como ellos, tú también sonreirás al ver que llega a tu vida lo prometido por Dios.

¡No pierdas la esperanza, 

aférrate a ella más fuerte que nunca!

No hay comentarios:

Publicar un comentario