domingo, 30 de septiembre de 2012

Todo lo que hagas, hazlo para el Señor y no para los hombres - Reflexiones - vídeo


Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.
Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente.
Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios.
Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;
quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente. 
1 Pedro 2:18-23
 En todo hay una autoridad, en un trabajo, en la escuela, en el hogar y en la Iglesia no es la excepción. Los servidores de Dios en el cuerpo de Cristo, todos cumplimos tareas diferentes, y así también todas las personas somos diferentes, con sus personalidades y temperamentos, unos buenos, otros difíciles de soportar como dice su Palabra.
Creo que todos en algún momento hemos tenido jefes, lideres o pastores con los cuales no se logra estar de acuerdo, pero Dios ya lo sabía y por eso nos dejó este pasaje, que a causa de todos los padecimientos, injusticias o desacuerdos con las autoridades, tanto seculares como de la Iglesia, debemos sujetarnos. Siendo respetuosos, amables, siervos humildes y mansos, sabiendo que le servimos a Cristo y no a los hombres.
Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo;
no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; Efesios 6:5-6
Podemos ver cómo en el trabajo, y más aún en la iglesia, debemos dar testimonio de obediencia a nuestros jefes o autoridades cumpliendo con nuestro trabajo honradamente, con amor y con excelencia; de corazón sujetándonos en humildad.
Ya que muchas veces cometemos el ERROR de faltarles al respeto a nuestro superior, y eso no está en el orden de Dios. Claro está que debemos obedecerles siempre y cuando sea la voluntad de Dios y no vaya en su contra. Pero Dios nos deja que sirvamos a los hombres, igual que a nuestros jefes buenos o no tan buenos, porque debe predominar la humildad, y cuando haya criticas o suframos a causa de una autoridad del jefe o líder vayamos confiados a orar. Allí podremos elevar una oración pidiéndole a nuestro Padre que cambie actitudes y corazones duros y hacerlo todo como sirviéndole a Él.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Colosenses 3: 23-24
Que lástima que muchas veces las personas se desaniman por sus superiores. Qué duro es crecer solo; pero no nos preocupemos, crecemos con el mejor maestro a nuestro lado El Padre, El Hijo Y El Espíritu Santo.

Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. Romanos 13:1



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