viernes, 21 de diciembre de 2012

Tú Identidad - Devocional - vídeo

El diablo, enemigo de nuestras almas, detesta ver en nosotros la imagen de Cristo reflejada y más aún detesta saber que somos hijos de Dios, por lo que utilizará cualquier artimaña para que creamos que somos inmerecedores de ser llamados hijos de Dios y, de esta manera, debilitarnos para derribarnos y, si puede, destruirnos.
Por eso es común, saber escuchar y saber leer acerca de personas que pierden su identidad, que creen que no son merecedoras de ser hijos o hijas de Dios. La Biblia dice que somos hijos de Dios si recibimos a Cristo: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” Juan1:12. Y aunque al diablo no le guste, Dios nos ha hecho sus hijos.
¿Cómo detecto si soy un hijo de Dios?, primero por la fe en Cristo Jesús: “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” Gálatas 3:26; también la Biblia dice: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” Romanos 8:16.
La gente muchas veces dirá que no eres hijo de Dios y muchas cosas más, pero la Biblia dice claramente que lo somos y, si la Biblia lo dice, no importa lo que los demás puedan decir acerca de ello, por eso nos recuerda la Palabra de Dios lo siguiente: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.” 1 Juan 3:1.
Tú eres hijo o hija de Dios, por lo tanto tienes que comenzar a vivir como tal; no puedes dejarte manipular por lo que el enemigo quiera introducir en tu mente, tienes que creer lo que Dios te hizo, esto es HIJO o HIJA de Dios.
Comienza a vivir como tal, comienza a confiar en tu Padre, porque Él tiene cuidado de sus hijos. Nunca te creas inmerecedor de ser su hijo, porque no lo somos por un mérito propio o porque realicemos alguna obra para ganarnos ese titulo, sino porque Él nos amó a nosotros. Por eso dice la Biblia: “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” 1 Juan 4:9-10.
Cuando el enemigo te quiera hacer creer que no eres hijo de Dios, no le creas, ve delante de tu Padre y recibe su amor y entonces el enemigo entenderá que reconoces muy bien tu identidad y no volverá a intentar engañarte.
Y si el enemigo insiste en recordarte tu pasado, recuérdale tú su futuro, recuérdale que es un enemigo vencido, pues Dios ya le venció y le dio su sentencia: “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.” Apocalipsis 20:10.
Tú eres hijo o hija de Dios, ese privilegio hermoso que te hace tener un Padre amoroso y cuidadoso de sus hijos. Nunca pienses que no le interesas a Dios, porque para Él eres amado, pues te amó con amor eterno desde el principio y su amor hacia tu vida nunca cambia.
Comienza a vivir conforme a tu identidad de hijo o hija de Dios y entonces comenzarás a disfrutar de los beneficios de tu Padre.

¡Tú eres su hijo o hija!


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