Mateo 10:16 “Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos”.
Sin embargo, Jesús les envió y no sólo esperó que sobreviviesen, sino que cumpliesen con su misión.
Regresó y predicó hasta el día de su arresto. Al ser interrogado por los oficiales, José dijo: “Su arma suprema es matarme; la mía es morir. Mis sermones están ahora circulando por todo el país grabados en cintas. Si me matan ahora, el que las escuche dirá: “Debe ser verdad”. Este hombre estaba sellando sus palabras con su sangre. "Las cintas grabadas hablarán diez veces más fuerte que antes, por lo tanto, mátenme. Yo obtendré, pues, la victoria suprema”. Entonces, ¡El oficial le mandó a su casa!
Cuando José pensó en salvar su vida, estuvo en peligro de perder su misión. Cuando no le importó perderla, no solo salvó su vida sino también su libertad.
El mundo sólo quiere lo mejor de usted, pero Dios quiere todo de usted.
Marcos 8:35
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.
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