miércoles, 5 de diciembre de 2012

¿Qué Significa Para Ti Ser Cristiana? - Crecimiento Personal - vídeo

Recuerdo la primera vez que me preguntaron ¿Qué significa para ti ser Cristiana? Llamó poderosamente mi atención. Generalmente me habían dicho: “Cambiaste de religión” … “Renegaste del legado de tus padres”… “Cambia chaquetas”. ¿Por qué decidiste cambiar de religión?, ¿Cómo fue que te convencieron?   Por lo que esta ocasión me pareció digna de una amplia respuesta: medité unos cuantos segundos no porque me pareciera difícil responder, sino porque deseaba ser suficientemente explícita. ¿Qué significa para mí, ser cristiana? Respiré profundamente:
“Significa sentirme amada, protegida, escuchada, que soy muy importante para alguien muy especial, ¿Pero sabes que ha sido lo más interesante durante todo este tiempo?, agregué. Mientras, mi interlocutora me miraba atentamente a los ojos, como pretendiendo observar alguna chispa mitológica o mística. Lo  más importante fue “que en ningún momento se ha detenido el proceso de renovación en mi vida. Dios ha ido transformando mi ser segundo a segundo. Tengo acceso a Su sabiduría para resolver los problemas de la vida diaria. Me proporciona ideas creativas que me permiten destacar profesionalmente".
"Que en los momentos mas difíciles de mi existencia puedo recurrir a Él sin pedir cita previa. Hemos tenido encuentros maravillosos; en lo alto de una montaña, a la orilla del mar, en una cabaña, en el jardín de mi casa, en la intimidad de mi alcoba, cuando viajo y voy al volante conduciendo sola por la carretera" (este es uno de mis momentos favoritos, ya que fue donde Él me encontró por primera vez). -¿Él te encontró a ti?, ¿Cómo fue eso?, dijo.  Este capítulo merece que me invites a otro cafecito la próxima semana.
Os aseguro que es un bello pero no breve pasaje. Me gusta dejar a mi interrogadora en suspense y deseosa de conocer más de la historia. -¿Disfrutas al ser Cristiana? -En lo que respecta a la pregunta que me haces yo te diría: ¡Ah! Nunca había sido tan feliz, mi vida está llena de retos. He descubierto que ahora soy muy valiente, cuento con el privilegio del poder de la Palabra; tan sólo con expresarla a voz audible algo maravilloso sucede: mi fe (confianza) crece,  me llena de paz y, aún cuando las circunstancias no sean plausibles humanamente hablando, mi interior está rebosando de gozo, ¿parece una locura verdad?  -La verdad si, me responde boquiabierta. -Y eso no es todo, añado: Tengo un amante -¡¿Qué?! ¡¿Cómo? ¿Pero?… los colores del rostro de mi amiga subían y bajaban del rojo intenso al blanco pálido. -Sí, contesté tranquilamente.
-En Dios he encontrado el verdadero amor. Él es un amante superlativo. No critica mi peinado, ni mi vestido. No me hace comentarios sarcásticos respecto a mis kilos extras. Todo lo contrario, es un romántico incansable: “Hermosas son tus mejillas entre los adornos, tu cuello entre los collares” …  “cuán hermosa eres, amada mía, cuán hermosa eres. Tus ojos son como palomas”.  -¡!WOW!! exclama con tono de envidia (de la buena, como solemos decir las mujeres). Y… vuelve a preguntar ahora titubeante mi asombrada anfitriona. .. ¿Qué se necesita para ser Cristiana? ¿Tienes que hacer algo en especial? ¿Cómo se logra vivir como tú vives?  Su voz demandaba una rápida respuesta, no soportaba más el no contar con todos esos atractivos privilegios. ¿Qué hago?, dijo.
Nada, no necesitas hacer nada, le respondí. -¿Pero, cómo es que tú lo tienes? -Bueno, sólo necesitas desearlo, le contesté mirándola inquisitivamente a los ojos. Desearlo como el agua cuando tienes sed, el alimento cuando tienes hambre, el aire cuando te sientes sofocada. -¿Crees tú desearle así?, me preguntó. Arremetí con la respuesta. -¡!!Siiiiiii!!! 
Su grito desesperado se dejó escuchar en el interior del Café, provocando que todos los rostros se volvieran hacia nosotras.
-“Vamos todos a predicar y si es necesario…. hablamos”.
Me encanta saber que a mi Amado no le impresiona cuánto yo sepa de memoria de su Escritura, ni cuánto yo pueda impresionar a mis interlocutores por mi elocuencia expositiva.  Pero si estoy segura de cuánto se alegra su corazón cuando escucha a Su hija decir: cuán enamorada estoy de Él y qué feliz soy de estar a Su lado. ¡Ah! Cómo disfruto de que los que me escuchan casi me suplican cómo tenerle ellos también.
Psic. Patricia Villanueva 
Efesios 6.15 ..Compartan la buena noticia de la paz; ¡estén siempre listos a anunciarla!



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