Jamie Buckingham, escribió, en una noche centelleante en las montañas nevadas de Carolina del Norte:
“Caminé por el oscuro sendero, cubierto de nieve, hacia Cowee Bald. El cielo se había despejado, revelando millones de estrellas que resplandecían en la noche fría. Sólo escuchaba el gorgoteo de un riachuelo bajando por la pequeña quebrada al lado del camino y el suave crujir de mis zapatos sobre la nieve. Los demás ruidos nocturnos quedaron ahogados y tuve la impresión de estar solo sobre la faz de la tierra.
Recordé una cita de Kant, el filósofo alemán. Algo relacionado con dos evidencias irrefutables de la existencia de Dios: en el interior, la ley moral, y en el exterior, el universo saturado de estrellas. En un suspiro susurré su nombre: "Dios".
Entonces, impactado ante su presencia, le llamé como había aprendido a través de mi experiencia: ‘Padre’”
Esta noche contempla las estrellas en el firmamento. Percibirás un destello de eternidad. Qué impresionante pensamiento: ¡El Creador del Universo me invita a disfrutar de una relación personal con Él!
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