A Él no le sorprendió tu nacimiento, es más te estaba esperando.
Yo soy tu Creador, te cuidé antes de que nacieras.
Pensé en ti primero.
Jesús.
Tu nacimiento no fue un error o infortunio, tu vida no es una casualidad de la naturaleza. Tus padres no te planificaron; Dios lo hizo.
Mucho antes de que fueras concebido por tus papás, fuiste diseñado en la mente de Dios.
Él pensó en ti primero. No eres causa del destino, ni de la casualidad, ni de la suerte, ni tampoco es una coincidencia que en este mismo instante estés respirando. ¡Tienes vida porque Dios quiso crearte!
La Biblia dice: “El Señor cumplirá en mí su propósito”.
Dios diseñó cada característica de tu cuerpo. Eligió tu raza a propósito, el color de tu piel, tu cabello y cualquier otro detalle. Hizo tu cuerpo a la medida, tal y como Él lo quería. También dispuso todos los talentos naturales que posees y la singularidad de tu personalidad.
La Biblia dice: “Me conoces por dentro y por fuera. Conoces cada hueso de mi cuerpo; sabes cómo fui hecho, parte por parte, cómo fui esculpido”.
Puesto que Dios te hizo con un propósito, también decidió cuándo habías de nacer y cuánto has de vivir. Él pensó de antemano en los días de tu vida, escogió tu momento exacto de nacer y de morir.
La Biblia afirma: “Tú viste cuando mi cuerpo fue cobrando forma en las profundidades de la tierra; ¡aún cuánto tiempo viviría!
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