viernes, 23 de noviembre de 2012

El amor incondicional - Devocional

“El amor no hace mal al prójimo;  Así que el cumplimiento de la ley es el amor”.
Romanos 13.10
No nos cansemos de meditar y reflexionar acerca del amor, pero no de un amor cualquiera, sino del significado del valor incondicional; a esta clase de amor se refería Jesús cuando nos pide amarnos los unos a los otros, como Él, nos amó. ¿Pero cómo nos amó Jesús? Con amor incondicional; el amor incondicional es el único verdadero, la fuerza más poderosa del mundo, el que siente Dios Padre (que de tal manera nos amó que envió a su unigénito hijo a sacrificarse por nuestro rescate).
Sólo el amor incondicional es capaz de amar como Jesús quiere que amemos; sólo con este tipo de amor podemos perdonar a quienes nos lastiman; sólo con este tipo de amor podemos amar a nuestros enemigos; porque es a esta clase de  amor al que se refería Pablo a los Corintios.  1ª Cor. 13
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso y no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas; y la ciencia acabará.”
Las parejas se casan y se juran amor eterno; pero con el tiempo se separan y se divorcian porque “se acabó el amor”.
Parece difícil, sobre todo la parte de “amar a los enemigos” pero si nos lo proponemos, podremos. Porque en Cristo tenemos el Espíritu Santo, que nos da el verdadero poder sobre nosotros mismos, el dominio propio, y nos capacita para amar.
Pensemos humanamente en cuál es el amor mas perfecto que nosotros conocemos. Es el amor de madre, el amor de padre; el amor maternal y paternal es, humanamente, el amor más perfecto; los padres aman a sus hijos con amor incondicional, aunque estos sean deformes, enfermos, feos o no muy inteligentes y es increíble que, por ese amor a nuestros hijos, estemos dispuestos a hacer lo que sea por ellos, por su bienestar y futuro; porque queremos para ellos el bien, lo mejor y hasta lo más conveniente.
Ahora, pensemos en personajes o figuras mundiales que han dejado a la humanidad un legado de amor:
1.     En Primer lugar, Jesús, El Cristo. Su amor fue tan, tan grande e incondicional que dio su vida por nosotros y con su sangre nos limpió de todo pecado y nos hizo herederos de su gracia y de su amor. Su amor incondicional, aún en medio del dolor y el padecimiento en su brutal muerte, no desapareció en la cruz y pudo exclamar al Padre respecto a sus verdugos: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.
2.     En La Biblia:
José (en Egipto)
Ruth (amor y dedicación a su esposo, a su suegra)
María (Madre de Jesús)
José (padrastro de Jesús)
Juan, El Bautista.
El Rey David.
Pedro (a Jesús)
Apóstol Pablo por los gentiles.
3.   A nivel mundial:
La hermana Teresa de Calcuta.
Néstor Mandela.
Otros
El amor incondicional es el mandamiento que nos dejo Jesús como legado; no es opcional. Si eres creyente, fiel y obediente a Dios, tienes que amar;  tienes que decidirte a amar; ejercitarse en amar; tomar la decisión de amar.
El amor es una decisión, nuestra decisión. No una simpatía
Porque no podemos darnos el lujo de perder nuestra ciudadanía en El reino de los Cielos; el Apóstol Pablo también afirma en este mismo capitulo que entre la fe, la esperanza y el amor, este ultimo es el mayor; el más importante, el  más fuerte.
El amor es lo que perdura, lo que hará que todavía vivamos en el recuerdo de quienes hemos amado; el amor es la divisa (no el dinero) en el reino de los cielos; el amor es un lazo más fuerte que la muerte; el amor nos ayuda a perdonar, nos da la fuerza para hacerlo; el amor cubre nuestras faltas; el amor nos protege de enfermedades; el amor no se queda donde lo envías, siempre regresa con más amor, es como un boomerang, siempre vuelve a ti multiplicado; el amor es el motor que mueve nuestra vida como creyentes y nos da la fuerza para hacer todo lo que hacemos, por amor. (Conforme Dios quiere que lo hagamos). El amor incondicional sana las heridas del corazón. Sin amor, no hay perdón.
Jesús se atrevió por amor a nosotros a morir en una cruz;  atrevámonos a creerle a Dios y arriesguémonos a amar a Dios en primer lugar y en segundo a amarnos los unos a los otros, como Él..., nos amó.
  • Sin esperar nada a cambio
  • Sin egoísmo
  • Con un corazón sincero
  • A todo el mundo y a la creación de Dios.
  • A amigos y a enemigos
  • Nuestro trabajo, estudio
  • Familia
  • Iglesia
  • A los necesitados, a los pobres, a todo el que nos pida y a los que no se atreven a pedir pero que sabemos que necesitan.
Porque en Cristo Jesús, ni la circuncisión vale algo,
Ni la incircuncisión vale algo,

Sino la fe que obra por el amor.

Gálatas 5:6

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