-¿Pero cómo venció tantos problemas y de tal magnitud?
El anciano caballero se echó hacia atrás en su silla y dijo:
- En realidad no hay ningún truco en cuanto a esto. Luego añadió:
- Sabes, …hay algunos problemas que simulan tan grandes que parece que no podrás resolverlos nunca.
- Y -el sabio hombre de negocios prosiguió-, hay algunos tan anchos que no puedes darles la vuelta.
Nuevamente el reportero asintió. El hombre continuó levantando su voz de forma dramática:
- Y hay algunas dificultades tan profundas que no puedes cavar debajo de ellas.
Ansioso por una solución, el reportero le dijo:
-¿Sí? ¿Sí?
-Es entonces -concluyó el hombre-, cuando sabes que la única forma de vencer el problema es bajar tu cabeza y embestirlo.
El problema rara vez disminuye mientras la persona está de pie y mirándolo de frente. Pero cuando buscas con diligencia una solución está garantizado que tu problema disminuirá.
No hay problema que pueda dominar la diligencia.
Proverbios 10:4
Pobre es el que trabaja con mano negligente, mas la mano de los diligentes enriquece.
Pobre es el que trabaja con mano negligente, mas la mano de los diligentes enriquece.
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