Hechos 13:22 (Nueva Traducción Viviente).
David, un hombre conforme al corazón de Dios, nos muestra la manera en que debemos buscar agradar al Todopoderoso. A lo largo de su vida existieron buenos y malos tiempos, hubo abundancia y escasez, existieron períodos de autoridad y reinado así como de persecución y agonía. Pero en todo momento sólo hubo alguien que ocupaba el trono de su corazón: Dios. El anhelo de David era agradar a Dios en todas sus acciones, él conoció a Dios como pocos. Tanto fue así que tuvo el atrevimiento de montar un tabernáculo de adoración al Señor las 24 horas del día; esto implicó remover las secciones anteriores del tabernáculo de Moisés. David conoció el corazón de Dios como pocos, tanto que él supo que no recibiría castigo al comer de los panes consagrados a los sacerdotes; David tuvo hambre y Dios le dio pan de Su casa.
Existe aún un mayor ejemplo del corazón adecuado a Dios y es el de Jesucristo nuestro Señor. Diciendo frases como esta:
“Entonces Jesús explicó: —Mi alimento consiste en hacer la voluntad de Dios, quien me envió, y en terminar su obra.” Juan 4:34 (Nueva Traducción Viviente).
Nuestro Señor era saciado por el Padre cuando hacía Su voluntad. ¿Has sentido esa llenura que da el Padre cuando con gusto haces Su voluntad? Ésta es real e incomparable. Inténtalo.
Dentro de ti existe un corazón nuevo dado por Jesús, y con la ayuda del Espíritu Santo puedes hacer que día a día haga lo correcto ante Dios. Todas las cosas que hagas, hazlas para Dios, ponle en el primer lugar de tu vida y busca agradarle cada día. Si tú hicieres esto Él te llenará de gozo y le conocerás mejor.
Vivir la vida con un corazón correcto hacia Dios trae a tu vida alegría y reposo. Pues al buscar agradar al Padre en todo Él te saciará como nada ni nadie lo pueda hacer.
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