viernes, 19 de octubre de 2012

Señor, enséñame El Camino que debo Andar reflexión - vídeo

“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos”  Salmo 32:8.
En uno de los escritos de Hannah Hurnard se puede leer lo siguiente:  “El Pastor y la oveja temerosa caminaron juntos a través de las arenas candentes del desierto; de pronto llegó un día en el que, inesperadamente, el camino era atravesado por otro sendero.
El pastor tranquilamente dijo a temerosa:  Este es el camino por donde tú ahora seguirás. Seguidamente doblaron dejando atrás los lugares altos y llegaron al final del desierto. Finalmente se encontraron en la playa de un gran mar.
El pastor dijo a temerosa: “Recuerda: aún cuando parezca que te encuentras lejos de los lugares altos y de mí, en realidad no hay distancia que nos pueda separar. Yo puedo cruzar las arenas del desierto tan rápido como puedo cruzar las montañas de los lugares altos y pasar por los valles y llegar a ti cuando me llamas".
Esta es la palabra que yo ahora te dejo. Créelo y prácticalo con gozo.  "Mis ovejas oyen mi voz y me siguen.  Si estás dispuesta a obedecerme, Temerosa, y seguir el camino que yo escojo para ti, entonces tú siempre serás capaz de oír y reconocer mi voz y cuando tu oigas mi voz siempre me obedecerás.
Recuerda siempre estar segura de obedecer mi voz, incluso aunque pareciera que por los caminos por donde te llamo pudiera ser imposible”.
Tal pareciera que las palabras de ese pastor eran las palabras del Buen Pastor.
Estas no son palabras literales de la Biblia, es una alegoría escrita por Hannah, pero el fondo del mensaje sí está en la Biblia, porque el Señor habló de ser el Buen pastor y jamás un pastor deja a sus ovejas solas. Hoy sé que el Buen pastor me instruirá y me enseñará el camino por donde ir y mi función hoy es oír su voz y obedecerla.
Señor, hoy quiero oír tu voz y obedecerla.  Sé que me instruirás y me enseñarás el camino.

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