sábado, 27 de octubre de 2012

Que no nos falle la fe - Devocional - vídeo

“Le dijo Simón Pedro:  Señor, ¿A dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; Mas me seguirás después. Le dijo Pedro: Señor, ¿porque no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti. Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantara el gallo, sin que me hayas negado tres veces.”
Juan 13:36
La fe es confianza, creencia, seguridad y obediencia y . Aunque este versículo no habla de fe por ningún lado, creo que tiene mucho que ver, pues a veces me pregunto que fue lo que falló en Pedro; ¿le faltó confianza en el Maestro o en sí mismo? Tal vez no creyó las palabras de Jesús, las tomó a la ligera o se le olvidaron cuando llegó la hora de la prueba. A lo mejor, como muchos de nosotros que somos de lengua ligera y de la misma forma que a veces hablamos por hablar, sin medir las consecuencias o sin sentido o compromiso, Simón Pedro dijo lo que primero se le ocurrió sin saber que sus palabras eran proféticas y que pronto seria probado; mucho se habla también de su carácter: ¿será que a Simón Pedro, le costaba someterse a la autoridad de Jesús y obedecer su Palabra? Y por último, ¿no sería que tenía una total confianza en él mismo y nunca pensó que sus palabras también las escucha el enemigo, que, ni corto ni perezoso, pone la trampa para hacernos caer y hacernos sentir culpables por nuestras palabras? Yo me imagino a Satanás diciéndole a Jesús: “Mira tu discípulo, el que ponía la vida por ti, dice que es cristiano, ¿donde están ahora tus discípulos y seguidores?”
A pesar de que predicar es mas fácil que practicar, a pesar de todos los sermones acerca de la fe y de todos los versículos que conocemos que nos hablan de ella, debemos saber que la fe es un ingrediente indispensable, esencial e imprescindible de nuestra vida como cristianos. Nadie puede llamarse cristiano si no cree en Jesús. Muchos pueden decir que creen en Dios, pero si no creen en Jesús no estamos hablando del mismo Dios; su dios no es nuestro Dios.
La fe no es algo que conozcamos o que aprendamos como una  teoría, de memoria o que se herede, aunque sí es contagiosa y andar con personas de fe nos ayuda a fortalecer la nuestra; la fe se adquiere por el oír y el oír la Palabra de Dios.
De la misma manera que no podemos aprender a nadar por correspondencia sino dentro del agua, o que aprendamos a amar, amando y a obedecer, obedeciendo, la fe sólo se adquiere y se fortalece dando pasos diarios de fe, creyendo, confiando y esperando, en Jesús, el autor y consumador de la fe.
  1. Creer. No basta con orar; hay que creer que lo que pedimos nos será dado.
  2. Confiar. Una vez que oramos, necesitamos confiar en Jesús, en su amor, en su cuidado, en su protección y en su provisión.
    1. Esperar. Y una vez que confiamos debemos esperar. Saber esperar en el Dios de nuestra Salvación; esperar es toda una ciencia y un arte, requiere de paciencia, de dominio propio, de amor y sobre todo de fortaleza, pues en este proceso Dios nos fortalece, nos restaura y nos bendice. Es estar seguros de Él, en que lo que le pedimos nos será dado, a su momento.
Cuando todos los caminos se acaban; cuando todas las puertas se cierran; cuando no existen opciones; cuando todo se pierde, lo único que nos queda es tener fe, aunque sea tan pequeña como un grano de mostaza; Jesús siempre será esa puerta abierta por donde podrás entrar al trono de su gracia; Jesús siempre será esa mano amiga que nos sostiene con su mano derecha para que no caigamos o para levantarnos si hemos caído; Jesús siempre será ese camino a la vida; cuando nuestra mente está confundida o estamos angustiados, Jesús siempre es la verdad que nos hace libres; cuando luchas y luchas por algo que no consigues y sientes que tus fuerzas fallan, Jesús siempre estará ahí, como amigo, como abogado, como doctor, como consejero, como consolador, como sacerdote, como profeta, como Dios y como hombre que conoce por todo lo que pasas, porque Él, también fue tentado, también padeció, también amó y también sufrió.
La ciencia no siempre tiene todas las respuestas, a veces hace falta un poquito de fe; no pierdas la fe, da pasos de fe y fortalece tu fe cada día porque sólo ella podrá mantenerte a flote cuando el barco se hunde, cuando llega la crisis, la enfermedad o la pérdida.
La fe es especialmente importante en el proceso de la toma de decisiones; hay decisiones que tenemos que tomar aunque contradigan la razón y la lógica, aunque parezca que nadas contra corriente; tómalas por fe, confiando en Él, vive por fe, actúa por fe, ama por fe, obedece por fe, sométete por fe, acepta por fe, y que Dios nos ampare y tenga misericordia de nosotros si algún día nuestra fe falla.

“Pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; Levantarán alas como las águilas; Correrán, y no se cansarán; Caminarán y no se fatigarán.”

Isaías 40.31 

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