sábado, 27 de octubre de 2012

Cuando todo se acaba - Reflexión

 De cierto mi corazón está como el vino que no tiene respiradero, y se rompe como odres nuevos. Job 32.19

Qué hermoso es el inicio de una relación ya sea esta de tipo amistosa o bien amorosa. Como todo en la vida cuando algo comienza es hermoso, es como si acabaras de ganar un premio; si se trata de una nueva amistad procuramos agradar para hacer más estrecha la relación; un verdadero amigo, en muchos círculos sociales, es lo más preciado ya que en la actualidad es difícil o casi imposible encontrarlo (se consideran especies en peligro de extinción); hablamos de una amistad verdadera, tal y como está escrito en la Biblia, que es aquella que aún su vida da. 
¡¡Ah!! Qué hermoso es el principio, sobre todo cuando se trata de una relación amorosa; todos los que experimentamos el comienzo de algo lo disfrutamos al máximo, como el mejor de los chocolates, que no queremos que se termine jamás; sin embargo, cuando llega el momento en que todo ha terminado queda una extraña sensación, un sabor nada grato; llega un momento de descontrol, de soledad y de tristeza a nuestra vida; de pronto todo se torna de un color oscuro, los sentimientos y los pensamientos se ponen al revés y no sabes qué hacer porque todo se acabó; la vida toma otro sentido diametralmente opuesto a lo que tenías en mente. Qué difícil es, ¿verdad? 
Quizá habrás pasado o estás pasando por esta experiencia tan amarga, por la que no quisieras que nadie pasara ya que es un camino tan escabroso donde, como dice la cita bíblica, el corazón se rompe, se hace añicos; donde se siente como si el alma fuera traspasada con un cuchillo afilado, que poco a poco va destrozando y va causando un inmenso dolor dejando un gran vacío, en donde sientes que tu agonía es lenta, pero muy lenta. ¡¡Oh!! Qué dolor tan inmenso es perder a un ser al que has amado y, en muchos casos, le has entregado lo mejor de ti con el único anhelo de complacerle, y cuando comienzas a sentir de  verdad, simplemente te dice adiós… sin importarle tus sentimientos y el amor que sientes por él o ella. Tal vez te has preguntado o le has preguntado a Dios, ¿por qué Señor, por qué a mí?; ¿por qué cuando más feliz era, o creía serlo, me llega este desenlace tan brutal? Es como volver de un sueño o una pesadilla, o como si el mundo se te viniera encima y en ese momento no sabes cómo manejar esa situación tan inesperada, es el despertar a tu realidad y darte cuenta de que todo se acabó. Qué difícil  es, ¿no crees? Pero tienes que tener algo bien claro: el amor que te ofrece el hombre en general es un amor falible; sí, así como lo estás leyendo, el amor del hombre no es fiel, no es leal, no cumple con las normas de calidad que debería reunir para, en realidad, hacer feliz a su pareja tanto en las buenas como en las malas, soportando los embates que las circunstancias de la vida te presentan. Cuando afirma Job que su corazón está como el vino, que no tiene respiradero, lo que da a entender es que todos sus sentimientos están revueltos, amontonados, que no le encuentra sentido a nada; así pasa con aquél cuyo amor ha sido destrozado.
Ahora bien, la palabra del Señor dice que Él nos da de su paz y de su gozo; que no es como la que nos da el mundo, no, sino que la paz que nos da es eterna y el gozo es la alegría que nos produce su paz; por lo tanto gocémonos en el sufrimiento y la tribulación, puesto que Él ya venció al mundo, y tú y yo al hacernos hijos de Dios somos MÁS que VENCEDORES. Abre las ventanas de tu alma y deja entrar la luz que produce regocijo, que es la luz del evangelio, la luz de Jesús. Puesto que en Él únicamente encontramos a UN PADRE, UN HERMANO, UN AMIGO, UN COMPAÑERO, UN NOVIO Y UN ESPOSO; por tanto es el momento de que le dejes entrar y dejar que Él gobierne tu vida; ahora esboza la mejor de tus sonrisas y dile a la tristeza, a la soledad y al sufrimiento…CHAO; mira que la vida está llena de oportunidades que el Creador te da con cada nuevo amanecer; no te acongojes, pues en tu caminar el Señor te pondrá de nuevo a alguien que en verdad te valore por lo que eres, con todos tus errores y defectos, pero también reconocerá tus virtudes y al final te hará feliz. Ánimo que esto no se acaba aquí; al contrario esto está comenzando ¿de acuerdo?
Que el Santo Espíritu de Dios llene tu corazón. Amén.
Reflexión:

“PARA TODO MAL SIEMPRE HAY UN REMEDIO, Y PARA TODA HERIDA SIEMPRE HAY UN BÁLSAMO”

Es por eso que debes aplicar el bálsamo que se produce en esa fuente eterna que es el corazón de Jesús nuestro Señor…Que es el bálsamo de su AMOR. Bendiciones.

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