“Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo que él les pide. Todo lo demás, él se los dará a su tiempo”.
Mateo 6:33
(Traducción en lenguaje actual)
A veces es duro escuchar a personas que un día estuvieron cerca del Señor expresar que Dios no les bendijo como a otros y que por ello prefirieron irse de sus caminos.
Y es que no me negarán que en más de una ocasión hemos pensado que Dios no quiere bendecirnos, sobre todo en aquellas etapas de nuestra vida que son muy duras de sobrellevar.
Quizás a lo mejor estás pasando por una escasez tremenda en el ámbito económico, y cuando vuelves la mirada a un lado ves que tu hermano está siendo prosperado en ese ámbito. Entonces muchas veces nos preguntamos: ¿Por qué a él sí y por qué a mí no?
Y es que a veces pensamos que Dios está obligado a derramar abundantes bendiciones sobre nuestra vida y que si no lo hace entonces dejará de ser el Dios Todopoderoso, ¡Qué triste!
Lo que ocurre es que muchos vienen al Señor creyendo que con rendirse a sus pies y entregarle su vida ya TODO lo malo terminó, que la escasez, la enfermedad y todo aquello que nos agobiaba desaparecerá, ¡Mentira!, si te han dicho eso entonces creo que mintieron.
Y es que tenemos que aprender que venir al Señor no significa que nuestros problemas se irán y que a partir de ese momento seremos personas sin problemas toda nuestra vida, ¡No!, eso no puede ser; problemas y situaciones difíciles siempre tendremos mientras estemos aquí en la tierra, pero la diferencia es que antes estábamos sin Cristo; ahora quien gobierna nuestra vida es Él, y por lo tanto podremos afrontar cualquier situación porque Él nos dará la fuerza para soportar todo cuanto venga a nuestra vida.
Cuando tú vengas a Cristo, no vengas esperando que jamás tendrás problemas porque te irás defraudado; cuando vengas a Cristo, ven con el único propósito de reconocerle como tu único y suficiente Salvador y sobre todo con el propósito de hacer lo que su Palabra nos manda hacer; después de eso todo lo demás, que Él nos lo dará a su tiempo.
Me encantó esta versión de la Biblia del versículo por todos conocido, Mateo 6:33 “Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo que Él les pide. Todo lo demás, Él se los dará a su tiempo”. (Versión Lenguaje Actual)
¡Y es que cuánta verdad encierra esta frase! Muchas veces nos afanamos esperando que cosas grandes sucedan en nuestra vida, pero ni siquiera nos preocupamos por hacer del Señor el dueño TOTAL de nuestra vida, queremos grandes bendiciones pero no somos obedientes a su Palabra, queremos ser usados tremendamente pero no estamos rindiéndonos por completo a Él.
Hoy quiero invitarte a no dejarte engañar; cuando Dios te llama lo hace con el propósito de gobernar tu vida, darte vida eterna y para que, cuando las situaciones difíciles aparezcan en tu caminar, con su ayuda puedas salir victorioso(a).
Busca al Señor, nunca dudes de lo que Él puede hacer, porque la duda mata la fe, la duda mata la confianza, por lo tanto difícilmente ocurrirá algo en tu vida si estás creyendo con una actitud de desconfianza.
No sé qué estás viviendo hoy, no sé qué momento difícil es el que estás experimentando, pero déjame decirte algo: NADA, absolutamente NADA de eso tiene que alejarte del Señor, porque Dios sin nosotros siempre seguirá siendo Dios, pero nosotros sin Dios no somos nada.
No dudes, no desmayes, no tires la toalla; no ahora, falta poco, vamos... ¡levántate!, lucha, sé que estás cansada o cansado, pero ¡lucha una vez más!, ¡inténtalo! Dios está de tu lado, nunca te ha abandonado, siempre ha estado allí cuidándote aunque pienses que no lo mereces o aunque pienses que eres demasiado malo o mala. Dios está allí esperando el día que te canses de luchar con tus propias capacidades y que le des la oportunidad de luchar por ti.
Amados, pase lo que pase, JAMÁS dejemos de creer en aquel que nos salvó, en aquel que nos dio una vida nueva; cada uno de nosotros somos testimonio vivo de que Él existe y que su poder es tan grande que ha transformado nuestras vidas. Ahora no somos ni la sombra de lo que antes éramos y, no por algo que nosotros hiciéramos, sino por su infinita gracia y misericordia que nos alcanzó.
Por esta razón no te des por vencido. Hoy Dios ya ha comenzado la obra en ti y la va a terminar, por lo tanto debes saber que: “Las dificultades que tenemos son pequeñas, y no van a durar siempre. Pero, gracias a ellas, Dios nos llenará de la gloria que dura para siempre: una gloria grande y maravillosa”. 2 Corintios 4:17 (Traducción en lenguaje actual)
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