miércoles, 10 de octubre de 2012

Dar Gracias - reflexión - vídeo

Una madre solía orar por las noches con su hija pequeña, de unos seis años, al acostarla.
Una noche la madre le dijo:
- Hoy vamos a pedir a Dios un poco más para que sane a la tía Marta.
Oraron por la tía Marta cada noche durante un par de semanas. Después la madre no dijo nada y dejaron de pedir.
A la tercera o cuarta noche sin hacerlo, la niña preguntó:
- Mamá, ¿por qué no oramos por la tía Marta?.
- Es que Diosito ya la puso buena, respondió la madre.
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- Y si la puso buena, replicó la niña- ¿no deberíamos orar para darle las gracias?.
Somos más dados a pedir que a agradecer. Lo de aquellos diez leprosos curados y de los que sólo uno vuelve a dar las gracias a Jesús se repite en nuestra vida a diario.
De cada diez veces que pedimos, posiblemente no damos gracias ni una. La gratitud del que pide abre la mano del que da: el agradecimiento facilita la generosidad.
¡Y tenemos tanto que agradecer a Dios!.
Dad gracias al SEÑOR, invocad su nombre, dad a conocer sus obras entre los pueblos. 1 Crónicas 16:8
Y han de estar presentes cada mañana para dar gracias y para alabar al SEÑOR, y asimismo por la noche. 1 Crónicas 23:30

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