“Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.”
Efesios 2:10 (Nueva Traducción Viviente)
El creyente corre el riesgo de no dimensionar adecuadamente la persona que puede llegar a ser en Cristo Jesús, una obra maestra. Cuando una persona recibe a Jesús como Señor y Salvador, éste recibe dentro de sí al Verbo de Vida, a Jesús, la Sustancia divina creadora del universo. La misma que actúa para convertir a los creyentes en una obra maestra.
Cuando el alcohólico se convierte a Jesús, nuestro Señor no mira todo el mal que éste hizo, sino todo el bien que hará en Sus manos. No le ve como alguien sin valor sino lleno de potencial en Su reino. El Creador del universo puede convertir un montón de hierros oxidados en una estructura inigualable, un pedazo de madera en una escultura de renombre, a un pecador en alguien santo y puro ante Dios.
Como hijo de Dios y nueva criatura en Cristo, has sido llamado a convertirte en la obra maestra de Dios aunque en el pasado hayas tomado malas decisiones o nadie haya visto algo digno en ti. Permítele al Espíritu Santo y Su poder convertirte en el sueño de Dios.
En cada área de tu vida en la que veas una deficiencia, el Señor ve la posibilidad de derramar Su poder. Dispón tu corazón para ser convertido en la obra maestra de Dios. Pídele al Señor que te muestre el diseño de quien realmente eres.
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