martes, 11 de septiembre de 2012

El Loco Harry - Reflexión

Hace una semana vi a Amy, una vieja amiga, en la tienda. Hace veinte años se la presenté a mi mejor amigo, el Loco Harry. Se casaron y tuvieron dos maravillosos muchachos. Harry fue mi padrino en mi boda. Le conozco desde que tenía 13 años y hasta que me casé pasamos mucho tiempo juntos. Harry y yo éramos muy diferentes pero éramos los mejores amigos. Teníamos gustos similares y ambos éramos gente de acción (ambos éramos adictos al trabajo, sin embargo). A mi esposa nunca le importó Harry y, con el correr del tiempo, creó una situación por la cual Harry y yo no nos hemos visto en los últimos 5 ó 6 años, aunque sólo vivimos a 8 kilómetros de distancia. Esto es muy triste y no es algo de lo que me sienta orgulloso.
Al conversar con Amy le pregunté cómo le iba a Harry. Su rostro se entristeció y supe que algo estaba mal. Me dijo que Harry había muerto hacía dos años de cáncer pancreático. Como podrán suponer no tenía ni idea y me sentí como un completo idiota. Ella fue muy fuerte y tuve que luchar por retener las lágrimas. ¡Me sentí devastado!
Ella no sabía dónde vivía yo y no supo cómo contactar conmigo. Me dijo que el último año de vida de Harry fue el mejor que pasaron juntos como familia. Harry no podia trabajar así que dormía entre 18 y 20 horas al día. Cuando estaba despierto estaba presente un 100%, invirtiendo tiempo de calidad con su familia. En ese último año Amy dijo que él realmente llegó a conocer a sus hijos por vez primera.
Como podrán suponer, aprendí mucho ese día. A continuación les comparto algunos de los pensamientos que me vinieron a la mente y que, espero, puedan aplicar a sus vidas:
* La vida es demasiado corta. Vivamos al máximo cada día. No nos preocupemos por las pequeñeces (y la mayor parte de las cosas en las que pensamos son pequeñeces).
* Valoremos lo que tenemos. Harry y Amy eran una gran pareja con dos hijos maravillosos. Él invirtió la mayor parte de su tiempo acumulando riqueza, superándose, y menos tiempo en las cosas más importantes: la familia y los amigos.
* Nunca abandonemos a nuestros amigos. Tal vez nunca volvamos a verlos.
* Nunca podremos emplear demasiado tiempo con nuestros hijos.
* Un cónyuge que es un amigo y compañero del alma es la decisión más importante de nuestra vida. ¡Escojamos bien! Valoremos y respetemos a esa persona con todo el corazón.
* Cuidemos nuestra salud. Nunca sabremos cuándo el cuerpo nos dirá que tuvo suficiente.
* El tiempo es nuestro bien más valioso. Cómo lo invirtamos es asunto nuestro. Es más valioso que todo el dinero del mundo. No podemos controlar el tiempo; es la única cosa que todos compartimos en igualdad de condiciones. La manera en cómo invertimos el tiempo es lo que hace la diferencia en nuestras vidas.
* Le llamábamos el “Loco Harry” porque siempre quería intentar cosas nuevas, divertirse, en fin, todo. Aparte de no haber invertido suficiente tiempo como hubiese querido con su familia y amistades Harry vivió una vida plena. Conoció a un montón de gente y todos fueron atraídos a él. Todos necesitamos ser un poquito locos y simplemente hacer cosas. No nos pongamos en la posición de decir: “ojalá  hubiese hecho las cosas de manera diferente”. ¡Decidamos lo que queremos y hagámoslo!
* Si no tenemos un plan, ¡no importa cómo lleguemos allí! Sentémonos y decidamos qué es importante y qué necesitamos hacer para lograrlo. Cada vez que he tomado tiempo para definir una meta y planear cómo alcanzarla, he logrado cosas que sorprenderían a muchos.
* Vivamos por la Regla de Oro. = “Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes.” Mateo 7:12
* Vivamos el momento. Lo que es importante es lo que hacemos ahora. El pasado se fue y el futuro todavía no llega.
* Divirtámonos.
La vida te será más clara que el mediodía; aunque oscurezca, será como la mañana. Job 11:17
Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre. Sal 16:11
Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Sal 23:6

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