viernes, 3 de agosto de 2012

Hacer lo mejor - Mejor es intentarlo y fallar que no hacer nada…

 Hacer lo Mejor
Siempre admiré a las personas detallistas; aquellas que realizan las tareas de manera casi perfecta.  Son personas de buen gusto, que tienen paciencia para volver a hacer un trabajo dos, tres o más veces si es necesario; son las que sienten gran satisfacción cuando terminan un proyecto.
En verdad, por más sencillo que sea el trabajo, debemos hacerlo de la mejor manera posible. Si ponemos amor en aquello que hacemos, habrá una diferencia muy grande en el producto de nuestro trabajo.
Una vez, un cantante famoso fue invitado a dar un concierto a beneficio de los Veteranos de la Primera Guerra Mundial.  El Presidente de la Comisión que le invitó, le dijo:
- Será una presentación benéfica.  Por eso, no esperamos que presente un gran concierto. Su nombre es suficiente para atraer a las multitudes. Le aconsejo canciones simples, que no le exijan gran esfuerzo a su voz.
El cantante se sintió ofendido y respondió:
- No me contento con hacer menos de lo mejor que puedo hacer.
Es nuestro deber sacar el máximo provecho de nuestros dones y oportunidades, y cumplir fielmente y de la mejor manera cualquier tarea, sea grande o pequeña. Dios también espera que hagamos lo mejor, no importa cuál sea la obra que tengamos entre manos.
Creo que conoces la historia de José, aquel joven que fue vendido a los mercaderes ismaelitas por sus hermanos.  Aunque pasó por muchos problemas, nunca entró en pánico.  Preso en la cárcel como un esclavo en Egipto, mantuvo el autocontrol y el coraje. Otros, en su lugar, se habrían rebelado, se habrían deprimido o habrían muerto.  Pero el carácter de José había sido educado para hacer lo mejor mientras esperaba que el futuro llegara.  Esa manera de ser de José le llevó a ocupar el puesto más alto en tierra extraña.
Tú tienes la vida por delante. Ponte el propósito de realizar de la mejor manera todo lo que tengas que hacer.  Dios te bendecirá, así como bendijo a José.
Su sueño le respondió: ¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel!  En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!
Mateo 25:21
 Mejor es intentarlo y fallar que no hacer nada…
Imagine un blanco como el que se usa para jugar a los dardos. El punto del medio es, por lo general, marcado con cien puntos. Los anillos que lo rodean hasta llegar al borde están apuntados con ochenta, sesenta, cuarenta y veinte. El lograr darle al punto del medio es raro, la mayoría de las veces los jugadores le pegan a los anillos de menos valor.
Pero casi todos los jugadores de dardos dirán que si no le apuntan al punto del medio, lograrían menos puntos. ¡Y la persona que no apunta ni tira, logra un puntaje de cero puntos!
Una vez una persona dijo: Prefiero intentar hacer algo por Dios y fallar, que no hacer nada y tener éxito.
Otra dijo: Dispárale a la luna. A pesar de que no le dé, estará entre estrellas.
Y, personalmente, digo: En esta vida lo mejor es apuntar al éxito y quizá fracasar, que apuntar a la mediocridad y dar en el blanco.
Proverbios 24:16
Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; mas los impíos caerán en el mal.


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