miércoles, 15 de agosto de 2012

El poder de lo pequeño - Reflexiones

Generalmente me levanto de la cama antes que las aves y observo la luz del sol inundar mi oficina cada mañana.
Verán, ¡amo esta hora del día! Pero lo que no amo es ser despertado bruscamente de un sueño profundo antes de mi hora normal de levantarme.
Duermo con las ventanas abiertas y alrededor de las 4:00 cada mañana, llueve o solee, he tenido a este "pajarraco" en algún lugar cercano emitiendo su canto de apareamiento, cuyo ruido tal parecieran 130 decibelios. Muchas veces me ha parecido que sonaba como puede hacer una criatura del tamaño de un pterodáctilo consumiendo algún tipo de esteroides.
Pero esta astuta criaturita nunca se dejó ver. Aprecio la naturaleza tanto como cualquiera, pero este gran ruido a estas horas de la mañana no es música para mis oídos. En un momento de agitación, en que mi emplumado adversario me colocó, pensé en ubicar a un “deportista (halcón)” en el vecindario que se encargase de él, pero aquello fue tan sólo un anhelo fantasioso.
Además, no creo en el “deporte de la cacería”.
En este tiempo, sin embargo, me he acostumbrado bastante a mi alarma residente en el árbol y, al mirar el lado positivo de esta situación, hasta podría agradecerle por la hora adicional de trabajo que he podido invertir cada día.
Un día de la semana pasada, mientras tecleaba sobre mi ordenador portátil, en el cobertizo de enfrente se hizo presente nuevamente ese penetrante sonido. ¡Y estaba cerca! Imagina mi sorpresa cuando, tras asomarme por debajo del cobertizo, acomodado sobre la línea telefónica, encima de ella, estaba esta insignificante criatura alada, más pequeña que mi canario, proyectando lo que realmente era un hermoso himno, al menos me pareció así al oírlo en esta hora normal del día.
¡Oh, el poder de lo pequeño!
Ahora, me gustaría preguntar: ¿Cuántas veces en nuestra vida hemos pensado que éramos “demasiado pequeños” para notar la diferencia entre lo grande y pequeño? ¿Cuántas veces este pensamiento nos ha detenido de hacer algo que, en nuestro corazón, sabíamos que era valioso? Tal vez algo como el cambio de carrera universitaria, el inicio de un nuevo negocio, la creación de nuestro propio producto o la compra de la vivienda soñada. Estoy seguro de que muchas veces,
De vuelta a mi minúsculo alado amigo. Todavía antes del amanecer me despierta de mi sueño apacible. No sabe hacer otra cosa. No hay otro camino. Simplemente canta a su máximo volumen en respuesta a la llamada de la naturaleza, sin darse cuenta del hecho de que está impactando a gran escala al hacer la única cosa que fue diseñado para hacer.
Como todos nosotros debiéramos, ¿estamos de acuerdo? ¡El poder de lo pequeño!
Rick Beneteau, escritor y empresario de Internet
Aunque seas pequeño como este pajarillo podrías hacer la diferencia a tu alrededor.
Aun el ave ha hallado casa, y la golondrina nido para sí donde poner sus polluelos: ¡tus altares, oh SEÑOR de los ejércitos, Rey mío y Dios mío! Sal 84:3
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas? Mat 6:25-27.

No hay comentarios:

Publicar un comentario