Deuteronomio 6:7-8
Y las repetirás á tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes: Y has de atarlas por señal en tu mano, y estarán por frontales entre tus ojos.
Salmo 127:3
He aquí, don del SEÑOR son los hijos; y recompensa es el fruto del vientre.
He aquí, don del SEÑOR son los hijos; y recompensa es el fruto del vientre.
Deuteronomio 28:4
Bendito el fruto de tu vientre, el producto de tu suelo, el fruto de tu ganado, el aumento de tus vacas y las crías de tus ovejas.
Bendito el fruto de tu vientre, el producto de tu suelo, el fruto de tu ganado, el aumento de tus vacas y las crías de tus ovejas.
Proverbios 13:22
El hombre bueno deja herencia a los hijos de sus hijos, pero la riqueza del pecador está reservada para el justo.
El hombre bueno deja herencia a los hijos de sus hijos, pero la riqueza del pecador está reservada para el justo.
Proverbios 17:6
Corona de los ancianos son los hijos de los hijos, y la gloria de los hijos son sus padres.
Corona de los ancianos son los hijos de los hijos, y la gloria de los hijos son sus padres.
En Agosto del 2007, un gran puente en Minneapolis se derrumbó sobre el río Mississippi, matando a trece personas. En las semanas que siguieron me fue difícil no pensar en dicha tragedia cada vez que cruzaba un puente.
Algún tiempo después estaba viendo un episodio de Trabajos Sucios en el canal Discovery. El presentador, Mike Rowe, hablaba con un pintor industrial cuyo trabajo estaba tratando de censurar. “Realmente no hay nada de qué vanagloriarse en lo que usted hace”, le dijo.
Este hombre pinta el interior de las torres del puente Mackinac en el norte de Michigan. Realiza su labor desapercibida para garantizar que el acero de la magnifica estructura suspendida no se oxide, y la integridad del puente no se vea comprometida.
La mayoría de las 12000 personas que cruzan los estrechos del Mackinac cada día ni siquiera son conscientes de que dependen de la fiel y concienzuda labor de obreros como este pintor.
Dios también ve nuestra fidelidad en las cosas que hacemos. Aunque pensemos que nuestras acciones, grandes y pequeñas, algunas veces pasan desapercibidas, la persona más importante de todas las está observando.
Cualquiera que sea nuestra labor hoy, hagámoslo “todo en el nombre del señor Jesús” -CHK
El trabajo diario adquiere un valor eterno cuando se hace para Dios.
Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús. Colosenses 3:17
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