Hemos estado equivocados en nuestro pensar. Dios nos ama, ¡Dios te ama! Para Él, eres especial. Él no te ama porque seas una buena persona o hagas todo bien. Él te ama porqué Él es amor. El amor no es algo que Dios practique; es quien Él es.
No importa cuán arduamente busques las cosas de Dios; si no has recibido la revelación de que Dios te ama no podrás avanzar en la vida.
Permite que Dios te ame. Recibe su amor por ti. Sumérgete en Él. Medita en Él. Deja que te cambie y te fortalezca. Luego transmítelo a otros.
Aunque fueras la única persona sobre la faz de la tierra, Jesús hubiera pasado todo el sufrimiento solo por ti. Su amor por ti es eterno.
Joyce Meyer
Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que en él cree no se pierda. sino que tenga vida eterna. Juan 3:16
“Si me amas, guarda mis mandamientos” (Juan 14:15).
Cada vez que sientas que Dios está tratando de quitarte algo, o de obtener algo de ti, como prueba de penitencia o pago, casi siempre puedes contar con el hecho de que malinterpretaste algo.
Las palabras de Jesús son un buen caso, ante todo son una promesa, no una demanda. En realidad Él está diciendo: “A causa de tu amor por Mí, terminarás guardando Mis palabras.” En el análisis definitivo, nuestro amor por Jesús ata nuestro corazón a lo que Él quiere para nosotros, aún cuando, como Pedro, periódicamente le negaremos debido a las decisiones que tomemos a lo largo de nuestra vida.
A causa de la verdad penetrante que Jesús nos da mediante Su palabra en nuestro diario caminar, habrá tiempos en los que Sus palabras van a crear una confrontación entre lo que queremos o entendemos naturalmente y lo que Dios quiere. Los conflictos como éste son inevitables porque somos carne y sangre y todavía estamos aprendiendo a ver las cosas correctamente.
Ya sea algo que Jesús esté mostrándonos acerca de nosotros mismos, o algo que nos esté pidiendo que hagamos, tendremos que hacer elecciones ¿continuaremos caminando con Él?
Hoy…Porque sé que le amo, quiero obedecer sus palabras, ya que son la garantía de mi relación profunda con Él.
Señor, Gracias por darme la gran oportunidad de ser obediente no por necesidad, ni por intercambio, sino por amor. Amén.
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