Al llegar a Plymouth, Massachussets, conocieron al indígena Squanto, quien les ayudó a sobrevivir al crudo invierno. Muchos murieron debido a la pulmonía y el escorbuto.
Al cosechar su primer maíz decidieron hacer una fiesta para celebrarlo. Los soldados desfilaron, tocaron trompetas, y dispararon cartuchos vacíos.
Invitaron a 90 indígenas quienes compitieron con ellos en carreras y saltos, y llevaron cinco ciervos para la comida, que incluía pato, ganso, venado, mariscos, pan blanco, pan de maíz, y verduras. Según la historia, en esta primera celebración no se incluyó el pavo, ni la salsa de arándano, ni la torta de calabaza, que son los platos favoritos del Día de Acción de Gracias moderno.
Esta fiesta se aprovecha para hacer grandes reuniones familiares. Por la mañana se acostumbra a ver por televisión el gran desfile del Almacén Macy’s en Nueva York, el cual incluye bombas gigantescas, carrozas, bandas, figuras de los personajes más conocidos por los niños, y hasta Papá Noel, pues para muchos esta fecha marca el principio de la época navideña.
Las familias se reúnen para una comida opípara que incluye el pavo relleno, las batatas o boniatos, la salsa de arándano, el puré con salsa de carne, el pan de maíz, la cebolla en salsa blanca, la tarta de calabaza, y los pasteles de carne picada con frutas. Por la tarde se ven partidos de fútbol americano en los mismos estadios o por televisión. Los deportes han sido parte importante de esta celebración desde el principio.
Lo más importante de esta fecha es el énfasis que se ha puesto, a lo largo de los años, sobre la importancia de ser agradecidos. El agradecimiento es un elemento vital en la vida humana. Nunca dejes que se pierda el agradecimiento en tu vida.
Dad gracias al SEÑOR, invocad su nombre; dad a conocer sus obras entre los pueblos. 1 Crónicas 16:8
Y han de estar presentes cada mañana para dar gracias y para alabar al SEÑOR, y asimismo por la noche. 1 Crónicas 23:30
Gracias por tu amor
Señor, muchas gracias por este día. Gracias porque sé que estás a mi lado y puedo verte en todo. Gracias por tu amor incondicional. ¡Te Amo!

Salmo136:1-4
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