martes, 19 de junio de 2012

Acción de gracias-vídeo



 
Hace mucho, muchísimo tiempo, hubo un personaje en la Biblia que fue Job. Este hombre, gracias a la bondad y misericordia de Dios, también a su esfuerzo, lo tuvo todo en su vida. Tuvo una gran familia: mujer, siete hijos y tres hijas; una gran hacienda compuesta por miles de ovejas, camellos, bueyes y asnas, y muchísimos criados. Pero lo más importante que tuvo era su enorme fe en Dios, su gran temor a Él, su perfección y rectitud a ojos vista del Señor.

Un día se presentó Satanás delante de Jehová junto a los demás hijos de Dios. Y Jehová, queriendo mostrar a Satanás la gran fe de Job para con Él, que ésta lo puede todo, su gran temor hacia Él, definitivamente quería demostrarle Su plena confianza en Job, le dijo a Satanás que todo lo que poseía Job estaba en su mano, que podía hacer con ello lo que quisiera, pero que se abstuviera de poner su mano sobre él.

Entonces Job lo perdió todo. Murió toda su familia, perdió todo su ganado, perdió también a todos sus criados… se quedó solo. Pero Job, con su gran fe en el Señor, dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. Jehová dio y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito”.  Job 1:21
En el momento en el que Job demostró su fe inquebrantable en Dios también le dio gracias. Parece un contrasentido esto último…, pero no lo es. Con el tiempo, después de haber sufrido en sus carnes gran cantidad de enfermedades y plagas, el Señor le recompensó enormemente. Quitó toda su aflicción. Aumentó al doble todas las cosas que antes poseyó. Vinieron a él todos sus hermanos y hermanas, recuperó con creces su ganado, criados y… dinero en abundancia. Y tuvo otros siete hijos y tres hijas.

¿Qué enseñanza encontramos en su vida, entonces? Pues que tanto en lo bueno como en lo malo debemos dar gracias a Dios. Eso le agrada enormemente al Señor, porque la acción de gracias es un acto de fe. Es más, creo que no hay mayor acto de fe en el Señor que darle gracias cuando nuestras circunstancias nos son totalmente adversas. Cuando estamos sufriendo, dando gracias al Señor demostramos nuestra gran confianza en Él. Porque sabemos que Dios no quiere nada malo para nosotros; porque sabemos que después de las pruebas vienen las bendiciones. En 1ª Tes.5, 18 leemos: "En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios en Cristo Jesús quiere de vosotros" y en el Salmo 23: “Jehová es mi pastor y nada me faltará”

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