jueves, 22 de marzo de 2012

¿Crisis o... enriquecimiento?

Como en todas las épocas habidas en el tiempo, hoy vivimos una de ellas, ha habido, y habrá, dos tipos de crisis: la crisis económica y la crisis moral. Ambas son objetivos a superar. La crisis económica, porque mal nos irá en este mundo que vivimos si no lo hacemos. Y la crisis moral, o de valores, porque de no hacerlo nos veremos abocados al suplicio infinito en tiempo que no es de este mundo. Nos veremos abocados a la amargura eterna.
En este mundo estamos habituados a oír, casi constantemente, que estamos padeciendo una crisis. Se habla siempre de la crisis económica sin percatarnos que es más importante que ella, y la padecemos sobremanera, la crisis de valores o crisis moral. Si no existiera esta última es prácticamente asegurable la carencia de la crisis económica.
Hoy puedo decir personalmente que, habiendo superado por fe absoluta la crisis moral, no me preocupa, en absoluto, la económica. El Señor quiera que todo el mundo pueda decir lo mismo.
Cuando llegue nuestra hora de rendir cuentas a Dios, y le respondamos, a pregunta suya, si en nuestra vida terrenal superamos "nuestra crisis de valores", será absolutamente definitorio contestarle que llegamos al enriquecimiento a través de ella. Llegamos, en su día, a este convencimiento porque comprendimos que Cristo está en nosotros y nosotros en ÉL. Y no habrá llanto y crujir de dientes porque llegamos, en su día, al... enriquecimiento a través de Jesús.
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