sábado, 11 de abril de 2015

Carta de una madre a su hija embarazada

Querida hija:

Estoy tan emocionada de verte embarazada y todo lo que esto significa, que voy a tomar unas palabras prestadas de María, porque expresan mejor lo que siento en este momento:
“Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador; porque ha mirado la bajeza de su sierva… porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es Su nombre y Su misericordia es de generación en generación a los que le temen” (Lucas 1:47-51).
Me siento muy bendecida por el privilegio que me ha dado el Señor, de tener hijas creyentes que a su vez se esforzarán en instruir a sus propios hijos en el temor del Señor. Yo quiero bendecirte en este día, y la mejor bendición que puedo pedir por ti es esta: “Jehová te bendiga y te guarde, Jehová haga resplandecer Su rostro sobre ti,  y ponga en ti Su paz” (Números 6:24-26).
¿Por qué quiero bendecirte? Porque te amo y porque vas a necesitar esta bendición para emprender la carrera de ser madre. 
Ser madre es la oportunidad que Dios nos da de dar un amor tan puro y desinteresado que sólo puede venir de Él. Es la oportunidad de mostrar la ternura y amor de Dios a nuestros hijos y al mundo. 
La tarea de criar es una tremenda bendición, pero es también muy ardua; necesitarás la ayuda del Señor desesperadamente, pues esta tarea va totalmente en contra del amor a sí mismo; es una completa negación de nuestra comodidad, al extremo de que a veces no puedes comer, dormir ni tomar un vaso de agua.
Vas a entrar a un nuevo mundo donde hay muchas delicias y ternuras, pero también gigantes en contra; por lo que no puedes perder de vista lo que dice la Escritura: “No temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en donde quiera que vayas” (Josué 1:9).
Dios le dice a Josué cómo va a conquistar esta nueva tierra. Josué 1:8 “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”

Entrega tu Corazón

“Pero si le entregas tu corazón y hacia él extiendes las manos, si te apartas del pecado que has cometido y en tu morada no das cabida al mal, entonces podrás llevar la frente en alto y mantenerte firme y libre de temor”.
(Job 11:13-15) Nueva Versión Internacional
entrega-tu-corazonEntregar el corazón a Él significa que estás dándole a Dios la parte más importante de tu vida. Significa que estás cediendo tus derechos voluntariamente, porque deseas que Él tome el control total de tu vida. Es dejar que Él te guíe y te dirija aunque muchas veces no logres entender hacia qué dirección te va conduciendo.
Es permitir que predomine el amor a pesar de que muchas veces tu carne quiere la venganza. Es renunciar al yo mismo para ser de Dios y poder entregarse en cuerpo, alma y corazón a los demás. Es reconocer que el único que puede pelear tu batalla o interceder por tu causa es Jesucristo, y tener la confianza y certeza de que sus caminos siempre son perfectos y justos.
Cuando entregas tu corazón, la plenitud de Dios te alcanza de manera que Él comienza a operar cambios en tu vida, y a modificar actitudes y conductas equivocadas. Su Espíritu te aparta del pecado, y eso a su vez, provoca que puedas llevar tu cabeza en alto y mantenerte firme ante las turbulencias, y libre de temor porque tienes la conciencia tranquila.

No solo palabras

“Dios quiere que ustedes hagan el bien, para que la gente ignorante y tonta no tenga nada que decir en contra de ustedes.”
1 Pedro 2:15 TLA
no solo palabrasEs bueno y de gran bendición tener el privilegio de predicar la palabra, llevar un mensaje de aliento, de salvación a la humanidad, dar una esperanza a sus vidas por medio de aquel que nos llamó; lamentablemente, causa tristeza ver cómo muchos hermanos en Cristo echan a la basura lo que ellos mismos predican a los demás, con su manera de comportarse, con el testimonio que dan con sus vidas. Pensemos que Dios nos ha llamado no solo a predicar, a que Él sea solo palabras, sino que se haga realidad en nuestras vidas y que los demás la vean a través de nuestra manera de vivir.
Dios no es solo palabras, y nuestra vida, nuestro testimonio, influye mucho en lo que predicamos. ¿Cómo le predicas a alguien sobre el amor de Dios, si mientras, tú como “hijo de Dios”, no amas a quienes están a tu alrededor? ¿Cómo le hablas de perdón, si alguien te ofende y no eres capaz de perdonarlo? ¿Cómo dices haber sido transformado, que eres una nueva criatura, si te andas comportando igual o peor que antes?

Da lo mejor que tengas

Esta es la la anécdota de una niña rica que ve a una niña pobre muerta de frío, y la llama para darle una manta y una almohada viejas. Al día siguiente, la niña pobre viene a devolverle la manta y la almohada esperando que se la regale. En vez de eso, ella le pide que le devuelva las cosas y le dice a la niña pobre que espere un momento. Cuando la niña pobre está lista para irse, triste y cabizbaja, llega la niña rica con una manta y una almohada de la mejor calidad, y le obsequia lo que le había pertenecido.
Conmovedor este relato, pues es hermoso escuchar o leer acerca de personas que lo dan todo porque tienen un corazón benevolente y amoroso. Me recuerda a mi hermana que siempre dice que cuando uno vaya a dar un regalo, lo dé pensando en que fuera para uno mismo. O sea que cada uno debe dar lo mejor que puede.
A veces, tú puedes pensar que no tienes mucho para darles a otros. Puede que estés mirando tu situación económica y ves que no tienes demasiado. Pero conque des algo de lo poco que tienes, ese algo es algo valioso y significativo. Y más significativo es cuando te das a ti mismo en servicio y por amor a los demás. Tal vez en estos momentos no tengas ni un solo euro en el bolsillo, pero tienes dos manos que pueden ayudar a alguien que lo esté necesitando. En cualquier momento puedes ser los ojos de alguien que no ve, los oídos de alguien que no oye, los pies de alguien que no camina.
Si esperas a tener para dar, es posible que nunca des. A veces tienes que sacrificar de lo poco que tienes, para que se puedan desatar las bendiciones de Dios sobre tu vida. Lo importante no es cuánto des, es tu actitud al darlo. Hay gente que tiene mucho y solo dan migajas o son unos miserables que no dan nada. Viven sus vidas amargados, y la propia vida termina pasándoles facturas. Pero piensa que siempre hay algo que podemos dar a los demás, material, emocional, espiritualmente, o lo que salga de nosotros mismos.

Hoy es un día maravilloso para dar lo mejor que tengas.

¡Qué Dios te bendiga siempre y provea todo lo que necesitas!

La Clave del Triunfo

Busca una tarea que te guste y ya no tendrás que trabajar. La mayoría de las personas que triunfan aman lo que hacen.

playa sol mar atardecerRecientemente se realizó una encuesta a dos millones
de personas de diferentes partes del mundo, y se llegó a estas conclusiones: 
- a más de un 80 % de los encuestados no les gusta su trabajo y solamente el 20 % lo ama
la mayoría de la gente trabaja por necesidad económica pero no por amor o pasión
Esto no deja de ser un problema importante ya que el amor en todas sus variantes, es un sentimiento emocional muy fuerte que le hace mucho bien a nuestro cuerpo y a nuestra salud en general.
Si tenemos en cuenta que la mayoría trabajamos 8 horas diarias, quien ama su trabajo pasará enamorado o apasionado de él más de un tercio de su vida; y por otro lado, al que no le gusta su trabajo y lo soporta y aguanta por necesidad o conveniencia, va a estar en un estado emocional negativo un tercio de su vida.