martes, 17 de febrero de 2015

¿Buena o Mala suerte?

Una historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo escapó a las montañas.
Cuando los vecinos del labrador le dijeron que tenía mala suerte por perder el caballo, él les replicó:
¿Buena suerte?, ¿mala suerte? ¿Quién sabe?
Una semana después, el caballo volvió trayendo consigo una manada de caballos salvajes. Entonces sus vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte y este les respondió:
¿Buena suerte?, ¿mala suerte? ¿Quién sabe?
Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, se cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una desgracia.
No así el labrador, quien se limitó a decir:
¿Buena suerte?, ¿mala suerte? ¿Quién sabe?
Unas semanas más tarde, el ejército entró en el poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones.
Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota, lo dejaron tranquilo.
Había sido ¿buena suerte?, ¿mala suerte? ¿Quién sabe?
Así pues, será postura sabia que dejemos a Dios las situaciones que se nos presenten.
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. Romanos 8:28

Dios te sostendrá

Dios es la fuerza que impulsa tu vida, Dios es el poder, la sabiduría, la inteligencia, la salud y la fuerza que te sostiene cada día. Dios es aquel que te dijo: no temas yo te sostengo con mi brazo fuerte; tú quieres que Dios te sostenga en todo momento y que Él extienda su misericordia sobre ti y te ayude en todo momento y área de tu vida, pues confía en Él, acciona tu fe y créele.
Isaías 40:31 pero los que confían en Dios siempre tendrán nuevas fuerzasPodrán volar como las águilaspodrán caminar sin cansarse y correr sin fatigarse. Cuando el profeta Isaías escribió este versículo, lo hizo afirmándolo, porque él pudo experimentar el poder de Dios en su vida. Isaías caminó guiado y sostenido por el poder de Dios. ¿Quieres que Dios te sostenga?; busca más de Él, busca más de su presencia y esfuérzate por agradarlo, no busques dioses falsos hechos por manos humanas, busca al único Dios que te puede ayudar y cambiar, reconociendo que Jesucristo es el hijo de Dios, para la salvación de todos.
2ª Corintios 12:10 Me alegro de ser débilde ser insultado y perseguidoy de tener necesidades y dificultades por ser fiel a CristoPues lo que me hace fuerte es reconocer que soy débil. El hermano Pablo al escribir a la iglesia que había en Corinto, les dice que él se alegra por los problemas, por las adversidades, por cada situación dura que ha venido a su vida, pues cuando él es débil y no encuentra las fuerzas para seguir, el poder de Dios viene sobre él y le ayuda en todo. El poder de Dios nos fortalece, por eso él dice: cuando no puedo, con Dios sí puedo a través del Espíritu Santo. Pablo aprendió a depender íntegra y totalmente de Dios y permaneció tomado de su brazo hasta el fin. Tómate del brazo fuerte de Jehová porque Él no te soltará.
bible3290743209Isaías 49:5 Dios me formó desde antes que naciera para que fuera yo su fiel servidory siempre estuviéramos unidosPara Diosyo valgo muchopor eso él me fortalece. Isaías expresa en este versículo, que él está convencido que Dios le ha creado con un propósito, y también expresa que Dios le ama mucho y que estuvo unido a Dios íntimamente; y que en todo momento, fue la fuerza que lo impulsó y lo sostuvo firme en todo momento de su vida. De igual manera, Dios promete estar contigo y ayudarte siempre; es la promesa que hizo Jesús al subir al cielo: estaré con vosotros hasta el fin. Nosotros, como seres humanos, estamos incapacitados para cambiar las circunstancias fuertes, pero para Dios nada es imposible; déjale todo al que dijo: Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios.
2ª Corintios 12:9 pero Dios me ha contestado: Mi amor es todo lo que necesitasMi poder se muestra en la debilidadPor esoprefiero sentirme orgulloso de mi debilidadpara que el poder de Cristo se muestre en mí. Pablo habla que le fue dado un aguijón en la carne (una enfermedad) y que le rogó tres veces a Dios que se la quitara, pero Dios le respondió: Mi amor es todo lo que necesitas. Alguien enfermo, dolorido, en algún momento imposibilitado, se quejaría a Dios, pero Pablo entendió que Dios quería que dependiera de Él en todo momento; aun en medio de cualquier situación, por dura que sea, porque es ahí donde el poder de Dios se perfecciona en nuestra vida, es ahí donde el poder de Dios se acciona, y por eso Jesús mismo dijo: lo que es imposible para los hombres es posible para Dios.

¡Justicia!

Muchas son las veces que ante una gran injusticia, clamamos a Dios por justicia. Porque la traición duele, la pérdida de un ser amado duele, quedar sin trabajo injustamente, es doloroso. El maltrato y la violencia dejan terribles huellas en nuestro ser, pero también el rencor, la amargura, el dolor, y la angustia consumen el alma hasta desfallecer. Ese sentimiento nefasto, esa rara mezcla de clamor por justicia y un vehemente deseo de castigo a causa del mal cometido, carcome todo nuestro ser y ya no podemos vivir en paz.
Es cierto que en casos extremos de un hecho de violencia o terrible abuso, enmarcado en los límites de un delito, es mejor que el ofensor quede lo más pronto y por el mayor tiempo posible, retenido en una celda, privado de su libertad. El mero hecho de saber que continúa suelto con la posibilidad de volver a cometer el mismo acto, produce una gran angustia y temor en la víctima.
Pero a veces, esa justicia por la que tanto clamamos a Dios tarda más de la cuenta … o nunca parece llegar, a pesar de que cuando uno pide justicia a Dios, Él en su soberana Deidad, sabe hacer justicia y la hace. Lo que sucede es que cuando Él hace “JUSTICIA”, la hace no solo para el otro, sino también para ti. Y es que cada uno de nosotros, definitivamente, tiene cuentas pendientes con Él. Solo con el hecho de abrigar amargura constante dentro de nuestro corazón, a causa de la ofensa que nos hiere, ya estamos en pecado delante de Dios. Esa misma justicia que estamos reclamando contra el otro, también es aplicable a nosotros mismos.
En algún momento le dije a Dios: “Señor quita TODO lo malo que hay en mí”. Gracias por que no me hizo caso, de otra manera no estaría... ¡ya no estaría! Si Dios hubiera quitado todo lo malo que hay en mí, tal y como se lo pedí, simplemente, me habría sido borrado de la faz de la tierra. Gracias a Aquél que la buena obra empezó y es fiel para terminarla hasta el día postrero.

Maldiciones Generacionales. ¿Tienen Vigencia?

Las "modas" de las nuevas teologías que irrumpieron en las últimas décadas, implementaron dentro de la Iglesia de Cristo, y para sí, muchas prácticas que rayan con lo místico, apoyadas por versículos de la Biblia interpretados fuera de su contexto, como el decretar, declarar, o los “famosos pactos”, la doctrina de la prosperidad, o la de la “liberación”.
Merece un análisis aparte el tema de las “maldiciones generacionales”, aunque se suma al “paquete”, donde entra en juego la “terapia de la liberación”, un tipo de psicología “cristiana” que incluye las regresiones, terapias grupales, confesión, declaración,...o sea, la difundida “sanidad interior” con la que se les lleva a la regresión (una práctica del psicoanálisis); por ejemplo, a perdonar a la madre que cuando se quedó embarazada no quería tener ese bebé y le rechazaba, o bien a confesar y perdonar a alguien que ya murió, o a regresar a la infancia y visualizar cuando el padre los castigaba, etc. Algunos de estos grupos de “terapia” les hacen escribir en un papel todo lo que recuerdan y luego lo queman o entierran. (Práctica ocultista)
romper cadenasDejando aparte la psicología, que en algunos casos puede ser de ayuda, y centrándonos mayormente en las personas que no conocen a Dios, cuando mezclamos la Palabra o el Evangelio, con el humanismo, la nueva era, el psicoanálisis, o el espiritismo,...podemos llegar a interpretar todos, pero sobre todo estos últimos, como prácticas ocultistas mezcladas con el evangelio. (Como las oraciones a fotografías o esculturas)
Pero Dios no necesita ayuda, su Palabra es suficiente para liberar al hombre. Cristo es suficiente para redimir, transformar y regenerar al ser humano completamente, es decir, de forma espiritual, emocional y física.
Porque si tuviéramos que agregar algo a la obra expiatoria en la cruz, la redención no sería completa y suficiente, Cristo hubiera fallado y necesitaría que “completásemos su obra”.
Dice la Escritura:
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición porque está escrito: Maldito todo aquel que es colgado en un madero”  Gálatas 3:13
Jesús se hizo maldición por nosotros, para anular las maldiciones.
“Anulando (otra versión dice: “rayendo”, o “canceló”) el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz” Colocenses 2:14.

Equilibrio en la Vida Cristiana

“…NO SEA QUE ARRASTRADOS POR EL ERROR DE LOS INICUOS CAIGÁIS DE VUESTRA FIRMEZA” (2 Pedro 3:17b)
En los Juegos Olímpicos, la prueba de pentatlón está compuesta de cinco especialidades: tiro con pistola, esgrima, equitación, atletismo y natación. Las medallas se obtienen únicamente al computar todas las pruebas, por puntuación, no ganando en una o en dos. Y lo mismo es aplicable a tu vida con el Señor. Si eres serio acerca de mantenerte
equilibrado y en el camino, debes desarrollar dos hábitos de importancia vital:


(1) Comentarlo con otros
La mejor manera para apropiarse de cualquier principio bíblico es comentarlo con otros. La Biblia dice: “El hierro con hierro se afila, y el hombre con el rostro de su amigo” (Proverbios 27:17). Sólo cuando te relacionas con otros puedes dar y recibir de vuelta nuevas impresiones. Discutir ejemplos de la vida real, orar los unos por los otros, animar y apoyar a otros cuando empiezan a practicar los principios de Dios. Recuerda que estamos hechos para crecer juntos, no separadamente.

(2) Someterte a chequeos regularmente
“Examinaos a vosotros mismos para ver si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos” (2 Corintios 13:5). Para gozar de una buena salud física necesitas someterte a chequeos regulares, revisar tu presión arterial, la temperatura, el peso, etc. Igualmente, para gozar de una buena salud espiritual tienes que comprobar regularmente áreas tan vitales como la oración, la lectura de la Biblia, la comunión con los hermanos, el crecimiento del carácter, la mayordomía y el servir a otros.

Jeremías escribió: “Escudriñemos nuestros caminos, busquemos y volvámonos al Señor…” (Lamentaciones 3:40). ¡Es sorprendente como estos dos hábitos pueden ayudar a mantenerte equilibrado espiritualmente!