Desde 1977 he estado expuesto a ideas y pensamientos acerca de la Fe. A la temprana edad de siete años comencé a escuchar lo que la gente sabía y hablaba de ella. Sus definiciones, temas expuestos, discursos y opiniones son ilimitadas. Su aplicación es muy diversa, según la situación que haya producido la acción de confiar y depender de ella.
Definitivamente es un reto, un desafío, ejercer la invitación de Hebreos 11:6“Porque a Dios no le gusta que no confiemos en él. Para ser amigos de Dios, hay que creer que él existe y que sabe premiar a los que buscan su amistad”. Este versículo no es suficiente para explicar la sencillez de ejercer la Fe, porque a su vez es intrigante aplicarla. Aquellos que han decidido abrazarla según la Palabra de Dios, saben qué decir.
Hoy puedo manifestar que vale la pena pagar el precio de confiar y ser seducido por ella. La Fe ha llevado mi vida a otro nivel y lo seguirá haciendo. El proceso ha sido siempre transformador, cada día. En un principio intentaba desarrollarla basado en los testimonios y argumentos de las personas que me rodeaban en mi comunidad, escuela, trabajo, iglesia, o en eventos eclesiásticos. Pero según el tiempo avanzaba y seguía creciendo física e intelectualmente, descubrí que la Fe no dependía sólo de mi conocimiento, de mi destreza o de mi capacidad para producir resultados para mí o para los míos...