Paz interior
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:7
Si no tenemos paz en el alma, el consuelo ajeno no nos
hará más bien que un calzado de oro a un pie gotoso. John Bunyan (1628–1688)
La paz no proviene de la ausencia de conflictos, sino
de la presencia de Dios. Anónimo
El estrés, las presiones y la confusión de la vida
diaria a veces nos agobian. No obstante, en cualquier momento podemos hacer una
pausa y acceder a la presencia de Dios por medio de la oración, para encontrar
serenidad y renovar nuestro ánimo.
No
te inquietes, pobre corazón convulsionado, que la paz es señal clara de
que Dios nos sonríe.
Su amor enmienda todo
error, calma todo altercado. Ama y vuelve a amar, siempre con espíritu
apacible. Edith Willis Linn Forbes (1865–1945)
Jesús dormía en la barca. Las olas se encrespaban, el
viento rugía, y la tormenta azotaba la pequeña embarcación. Sus discípulos
estaban asustados; tenían miedo del viento y de las olas, y temían por su vida.
Se acercaron a Jesús y lo despertaron, rogándole que los salvara. La solución
estaba en Su poder. Ordenó a la mar: «Calla, enmudece», y hubo paz. El viento
cesó, y sobrevino una gran calma.
Sea lo que sea que nos turbe, también nosotros podemos hallar paz si acudimos a Jesús. Marge Banks
Sea lo que sea que nos turbe, también nosotros podemos hallar paz si acudimos a Jesús. Marge Banks
Paz con quienes nos
rodean
Vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con
vosotros. 2 Corintios 13:11
Todos desean la paz; mas pocos se ocupan de aquello
que atañe a la paz. Tomás de Kempis (1380–1471)
Las obras de amor son siempre obras de paz. La paz
comienza con una sonrisa. Madre Teresa (1910–1997)
Al decir: "Amarás a tu prójimo como a ti
mismo", Jesús nos dio la clave de la felicidad y la armonía. Cabe recordar
que el prójimo es todo aquel que el Señor pone en nuestro camino.
Cuando las personas no se tratan mutuamente con amor,
los conflictos no se hacen esperar. No es aventurado afirmar que muchos de los
males que afligen al mundo de hoy tienen su origen en la falta de amor a Dios y
a los semejantes. Aun en una sociedad tan compleja y desorientada como la
actual, el sencillo amor a Dios y al prójimo sigue siendo la solución.
Si amamos a Dios, podemos amarnos entre nosotros y
seguir las normas divinas que nos brindan vida y libertad, y hacen posible que
alcancemos la felicidad. David Brandt Berg (1919–1994)
A veces nos resulta difícil portarnos bien, sobre todo
con las personas que no han obrado rectamente con nosotros. Pero Él no
dijo: «Trata a los demás como ellos te tratan». Su código de conducta está muy
por encima del concepto habitual de lo que es justo. Él quiere que vivamos en un
plano más elevado. Cualquiera puede portarse bien con quienes lo tratan bien.
Sin embargo, quien es capaz de portarse bien con los que lo tratan mal tiene
para Él más mérito y goza de más bendiciones. (Jesús)
Paz en un mundo
atribulado
Bienaventurados los pacificadores, porque serán
llamados hijos de Dios. Mateo 5:9
Aguardamos con ilusión el día en que el poder del amor
sustituirá al amor al poder. Entonces nuestro mundo conocerá las bondades de la
paz. William Gladstone (1809–1898)
La paz no es una relación entre naciones. Se trata de
una actitud que proviene de la serenidad del alma. La paz no es simplemente la
ausencia de guerra. Es también un estado de ánimo. La paz duradera solamente
está al alcance de los pacíficos. Jawaharlal Nehru (1889–1964)
Rogad por los que sufren en este momento los horrores
de la guerra. Necesitan vuestras oraciones, y cada uno de ellos me necesita a
Mí, el Príncipe de Paz. Jesús
Paz con Dios
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con
Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Romanos 5:1
«El temor (reverente) del Señor es seguridad
inexpugnable; sus hijos tendrán en Él refugio». He prometido ese refugio a
todos los que creen. No obstante, pocos se aventuran a entrar en él. Te digo,
amado mío, que te retires y entres en Mi refugio, que te ampares bajo Mis alas.
Conocerás así Mi amor y Mi paz. Jesús*
Para tener en tu corazón la paz de Dios, invita a Su
Hijo, Jesús, a morar en ti. Él dice: «Yo estoy a la puerta y llamo; si
alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo.
Apocalipsis 3;20».
Jesús,
te ruego que vengas a mi vida y me des Tu paz. Perdona mis ofensas y ayúdame a
conocerte mejor y hablar de ti a los demás. Amén.
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