1 Tesalonicenses 4: 1-12 (RVR 1960).
¨Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús que, de la manera que aprendisteis de nosotros como os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más¨. (verso 1).
SANTIDAD: Es lo que nos identifica como verdaderos hijos de Dios, y lo que marca la diferencia de los demás, estar apartados del pecado, de las cosas que desagradan a Dios, porque Él es santo, y por lo tanto todo hijo se debe parecer a su padre. ¨Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación¨. verso 7
DECIR LA VERDAD: Debemos analizar cómo nos comportamos con los demás; si de nuestra boca salen murmuraciones, chismes, cizañas, mentiras, o comentarios malintencionados que afectan a la integridad y al corazón del prójimo. Hay que procurar al máximo el bienestar de los que nos rodean. El amor se demuestra en todo tiempo y en todo momento, con una palabra, hasta con gestos y con muestras de afecto; Dios manda que nos amemos unos a otros ¨Que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado¨ verso 6.
TRANQUILIDAD: Es difícil mantenerla en medio de la tempestad, y es precisamente ahí cuando más la debemos utilizar. Dios nos promete y nos da paz en medio de la tormenta. Hay que aprender a depender de Dios, a dejar todas nuestras cargas en sus manos y estar confiado. En medio de pleitos, contiendas, momentos de mucha tensión en la familia, en el trabajo, en la escuela, no dejándonos contagiar con los arranques de ira, ni desesperarnos por el momento, sino ser luz y mantener siempre la calma.
TRABAJAR: Es algo que nadie más hará por nosotros. Si queremos ser alguien en la vida hay que prepararse y trabajar, si queremos tener una hermosa familia hay que construirla y trabajar fuertemente en ello. Estamos en la viña del Señor y somos sus labradores; todo lo que vale la pena en la vida conlleva mucho esfuerzo y dedicación. ¨Y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, a fin de que conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.¨ Versos 11-12.
¨Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a DIOS, que también nos dio su Espíritu Santo¨ Verso 8.
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