viernes, 21 de febrero de 2020

Los enemigos de tu futuro

Mucho me han angustiado desde mi juventud, puede decir ahora Israel; mucho me han angustiado desde mi juventud, pero no prevalecieron contra mí. Salmo 129:1
Muchas veces erróneamente, pensamos que la vida de los jóvenes es muy fácil, muy tranquila, pues no tienen deudas, no tienen recibos que pagar, no tienen una familia que mantener, etc. Pero el versículo anterior nos dice que incluso los jóvenes pasan angustias, aun los jóvenes tienen enemigos, pues debemos tener claro que la palabra de Dios nos dice que satanás anda alrededor como león rugiente buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8), y ese a quien devorar incluye a los jóvenes, o mejor dicho, ellos son los primeros a quien satanás busca devorar, pues generalmente son los más vulnerables. 
Resultado de imagen de Los enemigos de tu futuroTenemos que comprender que los enemigos del futuro de los jóvenes no están en el futuro, no es algo que enfrentarán mañana, los enemigos del futuro de los jóvenes están hoy en su vida, son batallas que están peleando hoy.
Veamos algunos de los enemigos del futuro de los jóvenes para que puedan reconocerlos, enfrentarlos y vencerlos con la ayuda de nuestro Dios: 
I) EL EXCESO DE CONFIANZA (SANTIAGO 4:13-17) 
El exceso de confianza en los jóvenes es pensar que por el mero hecho de ser jóvenes tienen mucho tiempo por delante, mucha vida por vivir, y que las cosas importantes para el futuro de sus vidas pueden esperar, pues siempre habrá tiempo para hacerlas.
La palabra de Dios nos dice que ese pensamiento es jactancia; pensar que siempre habrá tiempo mañana para prepararnos, que siembre habrá tiempo mañana para estudiar, para dedicarle tiempo a los padres, para buscar a Dios. 
Tenemos que comprender que la adolescencia y la juventud son períodos proclives a la vanidad, pasan rápido, son fugaces (Eclesiastés 11:10).
Aprovecha hoy tu tiempo, prepárate hoy para el mañana (Proverbios 6:6-8) 
El que no quiso cuando pudo, quizás no podrá cuando quiera. 
II) LAS PASIONES JUVENILES (2 TIMOTEO 2:22) 
El apóstol Pablo recomendaba al joven Timoteo que huyera de las pasiones juveniles, que no se enredara en ellas, pues estas pasiones son destructivas para el futuro de los jóvenes. 
La palabra pasión viene de la palabra griega Epithumia, la cual significa un fuerte deseo o una fuerte inclinación hacia algo. 
En los jóvenes hay muchos factores tales como los cambios físicos, hormonales, emocionales, la rebeldía, la curiosidad, la inexperiencia, la inmadurez, etc, que se relacionan para hacer que esas pasiones se vuelvan muy difíciles de vencer por sí mismas. 
Pasiones juveniles que las podemos clasificar en las tres "P":
  • PLACERES: Buscan satisfacer los deseos de la carne, los deseos de los ojos; principalmente por medio de las relaciones sexuales, la pornografía, los vicios, y las adicciones. Todo esto tiene la capacidad de afectar negativamente al futuro de la vida de los jóvenes.
  • PODER: El deseo de tener el control y nunca ser controlados, no aceptar límites ni querer obedecer a nadie; es decir, estar en contra de la autoridad de los padres, querer siempre imponer su voluntad y sus caprichos aunque estén equivocados, y tratar de estar siempre sobre los demás cueste lo que cueste, sin importar a quien puedan lastimar o dañar. Esta actitud no trae nada bueno para el futuro de los jóvenes pues la palabra de Dios nos dice: Hijos, obedeced a vuestros padres en todo (Colosenses 3:20).
  • POSESIONES: Manifestadas en un corazón lleno de avaricia que está dispuesto a hacer lo que sea; aun siendo ilegal, aun yendo en contra de los valores cristianos, aun yendo en contra de la voluntad de Dios, con tal de tener lo que todos tienen, lo que está de moda, lo que sus padres no les pueden dar. Pero esta avaricia afecta al futuro, pues la palabra de Dios nos dice que el amor al dinero es el principio de todos los males (1 Timoteo 6:10).
III) LAS RELACIONES DESTRUCTIVAS (PROVERBIOS 13:20)
La palabra de Dios es clara: relacionarnos con personas equivocadas, tarde o temprano trae destrucción a nuestra vida. Este versículo nos dice que el que se junta con necios será quebrantado, pero, ¿quién es un necio? 
  • Son personas que menosprecian a Dios y no tienen temor de Él, ni tienen en cuenta su palabra (Salmo 14:1).
  • Personas que piensan que solamente ellos tienen la razón y que los demás están equivocados (Proverbios 12:15).
  • Son personas que menosprecian los consejos de sus padres (Proverbios 15:5).
La palabra de Dios nos enseña, que no relacionarnos con ese tipo de personas es una garantía para la felicidad y la bendición en nuestro futuro (Salmo 1:1).
IV) OLVIDARNOS DE DIOS (ECLESIASTES 12:1) 
Lamentablemente muchas personas se olvidan de Dios en su juventud. Enfocan su vida en sus amigos, en la diversión, en el deporte, en los estudios, pero desgraciadamente vuelven a pensar en Dios solo cuando su vida está desordenada y enredada, cuando están esclavizados en vicios y adicciones, cuando han fracasado y han perdido su vida en cosas que no valían la pena. 
Todo joven tiene que comprender que la mejor época de la vida para tener en cuenta a Dios es la juventud, la adolescencia, cuando la vida apenas comienza, cuando estás forjando tu futuro, cuando tienes que tomar las decisiones que van a marcar el futuro de tu vida. 

CONCLUSIÓN: Joven, tienes que comprender que nuestro Dios y su Palabra es el fundamento de nuestra vida. No esperes a que tu vida esté derrumbada para poner entonces el fundamento; tienes que poner hoy el fundamento para poder edificar una vida sólida y bendecida en el futuro. 
A cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las pone en práctica, lo compararé a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca. Descendió la lluvia, vinieron ríos, soplaron vientos y golpearon contra aquella casa; pero no cayó, porque estaba cimentada sobre la roca. Pero a cualquiera que me oye estas palabras y no las practica, lo compararé a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena. Descendió la lluvia, vinieron ríos, soplaron vientos y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. (Mateo 7:24-27).


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