
Tradicionalmente, el texto ha sido
utilizado para prohibir y condenar las relaciones amorosas entre creyentes y no
creyentes. Aunque este uso es correcto, no debemos dejar de tener en cuenta que
el texto es más amplio en su aplicación. Abarca toda clase de relación que no
glorifique a Dios y no se someta al Señorío de Jesucristo.
Aunque el encabezado de este artículo
sugiere la posibilidad de delimitar la frase “Yugo Desigual” a relaciones
amorosas entre cristianos, realmente esto no es correcto. El texto bíblico es
muy claro en precisar que se refiere a todas las relaciones entre
creyentes e incrédulos.
Lo anterior no niega que en una
pareja cristiana puedan existir incompatibilidades, que dificulten o hagan casi
imposible la viabilidad de una relación matrimonial. A esta clase de obstáculos
que pueden presentarse en una pareja podríamos llamarla “yugo desigual” con
minúsculas, para diferenciarlos del YUGO DESIGUAL con mayúsculas, a los que se
refiere directamente el texto bíblico del cual tomamos la frase.
CLASES DE “yugo desigual” ENTRE
CRISTIANOS.
1) Diferentes Proyectos de Vida
Una clase de yugo desigual que puede
aparecer en las relaciones entre cristianos, sobre todo en el ámbito
ministerial, es cuando la pareja tiene llamados y vocaciones incompatibles. Por
ejemplo él quiere ser pastor y ella quiere ser misionera. Uno quiere servir a
Dios en el contexto de las grandes ciudades, y el otro en los contextos rurales, etc. Seguramente la pareja tenga puntos de encuentro en que los dos
se sientan mutuamente realizados, y sientan que son fieles a su comprensión de
la voluntad de Dios para su vida. Pero también puede que los proyectos de vida
personales de la pareja sean tan divergentes que sea imposible emparejarlos, y
aunque se amen mucho, decidan terminar su relación a causa de su llamado.
2) Diferentes Grados de Compromiso
Si los dos siendo cristianos, uno es un
creyente maduro y espiritual, y el otro es un creyente inmaduro y carnal,
aunque ninguno de los dos es incrédulo, las diferencias en sus niveles de
entrega y consagración espiritual van a hacer que la relación se vuelva
conflictiva y hasta peligrosa. Además, el creyente maduro por complacer a su pareja,
puede abrirse a un decaimiento y enfriamiento espiritual.
3) Diferentes clases de espiritualidad
Supongamos que los dos son cristianos
evangélicos, pero uno es bautista y el otro pentecostal. Puede ser que los dos
sean cristianos maduros y comprometidos con el Señor, pero sus énfasis
doctrinales y formas de culto son muy diferentes. Esta relación no está
prohibida por las Escrituras, pero las diferencias que existen entre los dos pueden causar tensiones y conflictos. Estos problemas se intensifican si los
dos son líderes comprometidos en sus respectivas congregaciones, que aman y se
identifican con ellas. La clásica pregunta sobre en qué iglesia nos
congregaremos después que nos casemos, se agudiza con el transcurrir del
tiempo.
Aunque hay parejas que resuelven este
problema. Para ello, deciden escoger una nueva iglesia en la que los dos se
sientan cómodos e identificados. Otras parejas van a la iglesia del que tenía un mayor compromiso y proyección ministerial. Y otros toman la opción
de acabar la relación y continuar cada uno en sus respectivas congregaciones.
4) Diferentes Realidades Personales
Lo mismo podemos afirmar de otras clases
de yugo desigual, como: gran diferencia de edades, distintos niveles educativos,
condiciones socio-económicas dispares, trasfondo racial y cultural distintos, etc. Conviene reiterar, que bíblicamente hablando, no existe ninguna
prohibición sobre tal clase de relaciones entre cristianos.
Pero tampoco es cierto que SI HAY AMOR
LAS DIFERENCIAS NO IMPORTAN. Sí importan, y aunque exista mucho amor, si las
diferencias no son asumidas y encaradas de manera madura, pueden hacer fracasar
cualquier relación.
Las diferencias pueden hacer más difícil
una relación pero no siempre imposible. Si hay suficiente amor, madurez y
capacidad para saber negociar y ceder, es posible que los problemas que generan
las diferencias, en la mayoría de los casos se superen. En vez de que las
diferencias nos separen y distancien, podemos aprender a CELEBRAR LAS
DIFERENCIAS Y ENRIQUECERNOS DE ELLAS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario