La vida es el espacio de tiempo con el que
contamos los seres humanos para proyectar nuestra existencia. El problema es
que la mayoría de las personas no saben para qué están aquí en la tierra.
Habitualmente, se dejan llevar por las circunstancias que les rodean y llegan a
tomar decisiones sobre cosas que, antes de comprender la razón de su existencia,
les pueden llevar a un estado permanente de confusión.
Sin embargo, vale la pena mencionar que
Dios está muy interesado en que podamos conocer sus propósitos, los cuales son
mucho más importantes que nuestra familia, profesión, trabajo... y nuestros sueños
y anhelos más deseados. Si le preguntáramos a Dios ¿cuáles son sus propósitos?,
tal vez Él nos respondería que…
El apóstol Pablo declaraba con estas
palabras a los colosenses, que todas las cosas creadas, especialmente la
humanidad, encuentran la razón de su existencia en Dios y en los propósitos que Él
mismo designó. Para Pablo, el corazón de la existencia de todo ser humano es
vivir en los propósitos que Dios, sabiamente, diseñó para la plenitud y
realización de todo ser humano. A través de este versículo, Dios quiere
que estemos en la mejor disposición para entender y vivir en sus propósitos.
Sin embargo, estamos viviendo tiempos muy
difíciles, tiempos en los que la pérdida de valores, la falta de interés en las
cosas de Dios, aunados a las adicciones, el aborto, el divorcio, y muchas otras
cosas, están llevando a las personas a un caos de confusión en el que de una manera egoísta, se engañan a sí mismos y pretenden engañar a los demás.
Afortunadamente este versículo es muy poderoso. A través de él, Dios quiere que
sepamos que fuimos creados por Él, y no para nuestros propósitos sino para los
suyos; quiere que sepamos que, así como el corazón humano le da vida a los
cuerpos, sus propósitos son el corazón de nuestra existencia, y que al vivir
en sus propósitos podemos alcanzar la plenitud y realizarnos en todo lo que
emprendamos.
Pero si le preguntáramos ¿qué hacen sus
propósitos?, veríamos lo siguiente…
II. SUS
PROPÓSITOS RENUEVAN Y DAN SEGURIDAD A NUESTRA EXISTENCIA, Salmo 138:8
En el corazón de David, autor
de este salmo, se escondían fuertes emociones que muchas veces describen las que
también hay en el nuestro. David conocía perfectamente los propósitos de Dios,
ya que Dios le había levantado en Israel como un siervo conforme a Su corazón.
Sin embargo, poner la vista en los asuntos de la vida más que en los
propósitos de Dios, le llevó a experimentar una fuerte frustración que solo
desapareció de su vida cuando cayó humillado, clamando a Dios que lo ayudara.
Fue entonces cuando Dios obró a favor de la vida de David, dándole ánimo,
renovando sus fuerzas y otorgándole la seguridad de que Él mismo le diría la manera en
que cumpliría con Sus propósitos.
De manera semejante, quizá puedas verte en una
condición similar a la de David. Puede que conozcas mucho sobre los
propósitos de Dios, sin embargo en tu corazón hay envidias, odios, raíces de
amargura o cualquier otra cosa que te ha hecho olvidar que jamás fuiste
creado para eso, sino para Sus propósitos. Si éste es tu caso, humíllate ante Dios y
pídele que te dé la determinación de no volver nunca a ser lo que antes fuiste
y que no fue de su agrado.
Dios entonces te levantará con un nuevo
ánimo, renovará tu voluntad y tus fuerzas, y podrás estar seguro de que Él cumplirá en ti su propósito. Entonces verás cómo aquello que antes era una prioridad en tu vida, cambiará drásticamente, y harás de
los propósitos de Dios el número uno para ti. Porque...
III.
SUS PROPÓSITOS SON UNA MANIFESTACIÓN DE SU GRACIA, 2 Timoteo 1:9
En el griego, la palabra gracia significa
“regalo”, es decir, una dádiva de Dios que nace en su corazón, y que desde
antes de todos los tiempos ya había designado para la humanidad. Este regalo son nuevas metas que alcanzar, y que tienen que ver con servir a Dios y a los
demás. Siéntete amado por Dios, pues Él te ha dado un precioso regalo: SUS
PROPÓSITOS. Adorarlo a Él, Integrarte e Integrar a tu Familia, Llegar a ser
como Cristo, Ministrar a los demás con los dones y talentos que Dios te ha dado
y hablar a los demás sobre el gran amor de Dios, sí que son un verdadero regalo
de Dios.
En definitiva, recuerda que Dios tiene lo
mejor para ti, que son Sus propósitos en ti. Éstos son
los que le dan un verdadero sentido a nuestra existencia, los que nos hacen
cambiar entendiendo que es Dios quien nos guiará a cumplirlos.
Entendámonos, los propósitos de Dios son un
regalo de Él para nosotros, porque al vivir con ellos, podremos estar seguros
que fuimos creados para Él. Hoy podemos regresar a casa hablando con Dios y
agradeciéndole porque ahora entendemos que fuimos creados por Él y para Él, y
pidiéndole que nos ayude a descubrir nuestro propósito en Él.
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