domingo, 27 de enero de 2019

Los de Corazón limpio

«Bienaventurados los de corazón limpio, porque verán a Dios» (Mateo 5:8).
I. ¿Qué es el corazón? Abarca la voluntad, el asiento de los afectos y de los deseos. Es el Lugar Santísimo en el hombre, la cámara secreta del Espíritu.
II. ¿Qué es la limpieza? La limpieza implica la ausencia de todo aquello que pueda ensuciar o quebrantar la armonía de nuestro más elevado ser. Aire, agua u oro puros significan la ausencia de elementos contaminantes o rebajadores.
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III. ¿Qué se entiende por un corazón limpio? Un corazón devuelto a su verdadera y original condición, traído a la perfecta armonía con la voluntad de Dios. El lenguaje de los de limpio corazón es: «El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado» (Salmos 40:8).
IV. ¿Cómo puede el corazón ser limpiado? El corazón, aunque engañoso más que todas las cosas, y perverso, puede ser limpiado:
1. Por la fe en la sangre expiatoria de Cristo (Hechos 15:9; Hechos 9:14).
2. Por una continua permanencia en la verdad (Juan 17:17; Efesios 5:26).
V. ¿Cuál es la bienaventuranza de los de limpio corazón? «Verán a Dios». 
1. En Cristo Jesús.
2. En las Escrituras.
3. En la providencia.
4. En sus propios corazones.
Persisten «como viendo al Invisible» (Hebreos 11:27).
VI. ¿Cómo es que solo los de limpio corazón pueden gozar de esta bienaventuranza? Porque la impureza ciega los ojos para no ver aquello que es puro y santo, así como los ojos con ictericia decoloran los objetos o como los vapores terrenales ocultan los cielos. «Cual es su pensamiento en su corazón, tal es Él» (Proverbios 23:7).
VII. ¿Es limpio, mi corazón? «Escudríñame, oh Dios» (Salmo 139:23).

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