lunes, 21 de mayo de 2018

Vivamos como discípulos de Cristo

1 Juan 2:6  “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo“.
El discípulo cristiano vive en obediencia a Cristo. ¿Y qué es ser discípulo? Un discípulo es un aprendiz que se une de tal manera a su maestro, que, además de recibir sus enseñanzas, ve la manera de aplicarlas a su vida diaria.
La esencia misma del discipulado cristiano es seguir a Cristo con una tierna obediencia. Nosotros creemos que Él es el hijo de Dios, nuestro salvador, y mostramos esa convicción con nuestra obediencia.
Imagen relacionadaEn esto sabemos que nosotros lo conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: «Yo lo conozco», pero no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso y la verdad no está en él. Pero el que guarda su palabra, en ése verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. (1 Juan 2:3-6)
Juan sabía bien qué era el discipulado cristiano. El discípulo de Cristo se caracteriza por la obediencia a los mandamientos de cristo. (verso 3)
Juan describe la obediencia del creyente de una triple manera: guardar sus mandamientos (verso 3); guardar Su palabra (verso 5) y andar como Él anduvo (verso 6). 
Guardar sus mandamientos es obedecer las enseñanzas del Señor Jesús tal como se encuentran en el N. T. 
Guardar Su palabra significa no solo obediencia a lo que está escrito, sino también el deseo de hacer lo que sabemos que le agradaría. 
Andar como Él anduvo es la plena expresión de la norma de Dios para Su pueblo; significa vivir como Jesús vivió.
Juan habla de la falsedad de quienes decían conocer a Dios pero no obedecían a Cristo. Los identifica con la expresión “el que dice” (verso 4). Juan no dice que la vida cristiana conlleve una obediencia sin ningún tipo de faltas a la voluntad de Dios, sino más bien que el cristiano desea habitualmente guardar sus mandamientos y hacer aquellas cosas que agradan a Dios.
Juan contempla de forma global la vida de la persona. Si alguien dice que conoce a Dios, pero no guarda sus mandamientos, entonces es evidente que no está diciendo la verdad. 2:6 Así, el que dice que permanece en él, debe andar como el Señor Jesús anduvo. 
Su vida, tal como está expuesta en los Evangelios, es nuestra pauta y guía. No es una vida que podamos vivir con nuestras propias fuerzas; solo es posible con el poder del Espíritu Santo. Nuestra responsabilidad es darle nuestras vidas a Él sin reservas, y dejar que Él viva Su vida en y por medio de nosotros.

Una de las facetas del discipulado cristiano es conocer al Señor Jesús cada vez mejor.
Los creyentes crecen y maduran espiritualmente cuando obedecen lo que aprenden.
Lo triste es que todavía en nuestros días hay muchas personas que dicen que conocen a Jesucristo, pero su estilo de vida lleno de pecado revela que su confesión es una falsedad.
¿Cómo puede estar seguro de que pertenece a Cristo?
Si usted hace lo que Cristo dice y vive como Cristo quiere. 1 Juan 2:7-11

La obediencia a los mandamientos de Cristo es la primera evidencia de que la persona conoce realmente a Dios. El amor al prójimo es la segunda evidencia.
El mandamiento de amar a los demás es nuevo y es antiguo al mismo tiempo. Es antiguo porque viene del A.T (Levítico 19:18), y es nuevo porque Jesús lo interpretó de una manera totalmente nueva (Juan 13:34-35).
En la iglesia cristiana el amor no se expresa solo mostrando respeto; también se expresa mediante la abnegación y el servicio (Juan 15:13), y por esta razón puede definirse como dar incondicionalmente; va más allá de los amigos y llega a los enemigos (Mateo 5:43-48). El amor debe ser la fuerza unificadora y la marca distintiva de la comunidad cristiana. Es la clave para andar en la luz porque no podemos crecer espiritualmente mientras odiemos a los demás.
¿Cuáles son las cosas que influyen en el crecimiento espiritual de un discípulo?
Unos de los factores que influyen en el crecimiento espiritual es el tiempo. No existe la madurez espiritual instantánea; el crecimiento espiritual necesita tiempo. Otro de los factores es el nivel de decisión de la persona.
Hay quienes están más decididos que otros en profundizar en lo espiritual. Practican a diario la disciplina espiritual, la oración, el estudio bíblico y el ayuno. Otro factor es el fervor espiritual: ¿hasta qué punto sentimos la necesidad de conocer mejor a Jesús y parecernos más a Él?

1 juan 2:12-14. Juan se refiere a tres grupos que forman la Iglesia. Se dirige primero a los niños. Es probable que estos fueran los recién convertidos. Su conocimiento del perdón de sus pecados había sido hasta el momento la base de su experiencia cristiana. (verso 12). En segundo lugar Juan se dirige a los padres. Y en tercer lugar a los jóvenes.
Es posible que los padres fueran los creyentes espirituales maduros. (verso 14). Después Juan menciona a los hombres jóvenes, los que su primer triunfo era que habían vencido al maligno. De estos tres grupos que forman la iglesia podemos aprender valiosas lecciones.
Los creyentes que valoran el perdón de sus pecados, que conocen y aman la palabra de Dios, y buscan tenazmente el conocimiento de los padres, son fuertes en el ámbito espiritual. Las falsas enseñanzas no los desvían. No ceden con facilidad a las tentaciones. Por último, pueden crecer hasta convertirse en líderes de la Iglesia. Este patrón de crecimiento debería ser evidente en la vida de todos los que quieran ser discípulos de Cristo.

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