sábado, 8 de diciembre de 2018

¡Intercede!

y acercándose a él le dijo: —No me digas que vas a matar a los buenos junto con los malos. Supongamos que en la ciudad se encuentran cincuenta personas buenas. ¿No perdonarías, por esas cincuenta personas, a todos los que allí viven? ¡Tú eres el juez de toda la tierra! ¡Tú no puedes matar a los que hacen lo bueno junto con los que hacen lo malo! ¡Tú eres un Dios justo!
woman praying5Y Dios le contestó: —Si encuentro en Sodoma cincuenta personas buenas, por ellas perdonaré a toda la ciudad. Pero Abraham volvió a decir: —Dios mío, perdona mi atrevimiento de hablar contigo, pues ante ti no soy nada. Pero, ¿qué pasará si en toda la ciudad sólo hay cuarenta y cinco personas buenas? ¿Destruirás de todos modos la ciudad?
Dios respondió: —Si encuentro esas cuarenta y cinco personas, no la destruiré. Una vez más, Abraham dijo: —¿Y qué tal si sólo encuentras cuarenta?
Dios le aseguró: —Por esos cuarenta, no destruiré la ciudad.
Pero Abraham insistió: —Dios mío, no te enojes conmigo si sigo hablando; pero, ¿qué pasará si no hay más que treinta personas buenas?
Y Dios le dijo: —Si encuentro esas treinta personas, no destruiré la ciudad. Abraham volvió a insistir: —Dios mío, realmente soy muy atrevido, pero ¿si sólo se encuentran veinte? Dios respondió: —Hasta por esos veinte, no destruiré la ciudad.
De nuevo dijo Abraham: —Yo te ruego, Dios mío, que no te enojes conmigo, pero sólo insistiré una vez más. ¿Y qué tal si sólo se encuentran diez?
Y Dios le aseguró: —Por esos diez, no destruiré la ciudad. Luego de hablar con Abraham, Dios se fue de allí. Abraham, por su parte, regresó a su tienda de campaña. Génesis 18:23-33
Cuán maravilloso es ver en este pasaje como Abraham clama a Dios e intercede por una nación, y Dios lo oye. Seis veces le suplica Abraham a Dios que perdonara a Sodoma. Y cada vez Dios le concede su petición. Este incidente debería animarnos a interceder de forma eficaz y a esperar respuestas a la oración.
El pasaje apunta a la triste desgracia de que ni siquiera había diez justos dentro de la ciudad. Pongamos en práctica la intercesión pidiéndole a Dios por medio de su Hijo Jesucristo, que tenga misericordia del mundo entero, que libere personas cautivas; intercedamos por lo que no podemos hacer, pero si clamamos al Señor, veremos Su gloria obrando.

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