viernes, 28 de diciembre de 2018

¿Alguna Vez Jesús Experimentó Dudas?

Pete Wehner (escritor estadounidense y miembro principal del Centro de Ética y Políticas Públicas), escribió una conmovedora meditación sobre el sufrimiento y la vida cristiana para el New York Times, titulado "Después del gran dolor, ¿dónde está Dios?" Después de compartir algunas historias desgarradoras de sufrimiento en las vidas de sus amigos y seres queridos, él hace la pregunta: "Entonces, ¿qué ofrece el cristianismo en medio de las dificultades y la angustia?"
Wehner dice que si bien el cristianismo no ofrece respuestas en el momento del sufrimiento, sí ofrece consuelo. Wehner señala a C.S. Lewis (Clive Staples Lewis - escritor estadounidense y apologista cristiano) y a Jesús mismo, como ejemplos de personas que lucharon contra la duda, la incertidumbre y la enfermedad. Sus ejemplos sirven de consuelo a todos los enfermos que se encuentran plagados de dudas e incertidumbres acerca de Dios y su bondad. Wehner escribe:
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"Tal vez porque mi propio viaje de fe se ha caracterizado a veces por preguntas e incertidumbres, encontré el hecho de que el mayor apologista cristiano del siglo XX daría voz a sus dudas tranquilizándolas. Y Lewis no estaba solo en expresar dudas. Jesús mismo, crucificado y cerca de la muerte, dio voz a la pregunta que muchas personas abrumadas por el dolor hacen: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"
La pregunta de Jesús, como las nuestras, no fue contestada en el momento. Incluso se vio obligado a confrontar la duda. Pero su agonizante incertidumbre no era evidencia de infidelidad; era una señal de su humanidad.
Está muy bien lo que escribe Wehner, destacando su llamado a la compasión y el consuelo para los que sufren. Ciertamente, la fe cristiana ofrece consuelo a aquellos que se desesperan y se entristecen. Sin embargo, tener a Jesús como ejemplo de "duda" e "incertidumbre" distorsiona la representación bíblica del sufrimiento de Cristo. También disminuye el consuelo que Cristo ofrece a los enfermos. El sufrimiento de Cristo es un consuelo para nosotros no porque participe de nuestra misma humanidad pecaminosa, sino porque se mantuvo firme para poder redimirla. Su fidelidad es nuestra esperanza, no su vacilación (que él nunca la hizo de hecho).
En la Biblia, la duda y el temor son pecados. De hecho, Jesús mismo describe la duda como el opuesto de la fe (Mateo 14:31, 21:21, Marcos 11:23). El medio hermano de Jesús, Santiago, está de acuerdo:
Santiago 1:6-8 Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor, siendo hombre de doble ánimo, inestable en todos sus caminos..
Decir que Jesús tenía dudas es convertirlo en un transgresor. Pero eso no es en absoluto la representación bíblica de Jesús. Sí, Jesús puede empatizar con todas nuestras debilidades y, sí, Él fue tentado en todas las cosas como nosotros. ¡Pero lo hizo sin pecado! (Hebreos 4:15)
La condición humana es débil y vacilante. A veces, incluso los mejores de nosotros experimentamos dudas y vacilamos en nuestra fe. Y la Biblia nos dice que tengamos piedad de los hermanos y hermanas que experimentan tal duda: "Sed misericordiosos con los que dudan" (Judas 1:22). Lo que significa que la duda es una evidencia de nuestro quebrantamiento pecaminoso, del cual necesitamos redención.
Lo asombroso y espectacular del sufrimiento de Jesús es que nunca dudó de su Padre, y nunca temió al hombre. “Cuando sufrió, no amenazó, sino que siguió confiándose a aquel que juzga justamente" (1 Pedro 2:23). No solo eso, la Biblia dice que Jesús fue motivado por el gozo de llevar la cruz:
Hebreos 12: 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de El soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios..
Jesús sabía lo terrible que sería la crucifixión antes de que sucediera (Mateo 16:21). Y hay una razón por la cual Él oró: "Si es posible, pase de mí esta copa" (Mateo 26:39). La angustia de la cruz era real, y Él lo sabía. Sin embargo, la Biblia enseña que la visión de Jesús nunca se estancó en la muerte. Jesús vio directamente, a través de la cruz, a la resurrección en el otro lado. Usted y yo podemos temer a la muerte, pero Jesús nunca lo hizo. Usted y yo podemos dudar de los propósitos de Dios en el sufrimiento, pero Jesús nunca lo hizo. ¡Nunca! Lo que fue definitivo para Jesús fue el gozo puesto delante de Él, no la muerte. Sin duda.
Imaginemos esto. Jesús sabía que arrancarían la piel de su cuerpo, que lo clavarían en un poste, y que Él se asfixiaría mientras soportaba un dolor cruel. Sabía que sería traicionado y abandonado por sus mejores amigos. Incluso sabía que la copa de la ira de Dios sería derramada sobre Él en su totalidad (Isaías 53:10, Mateo 27:46). Sin embargo, "por el gozo puesto delante de Él, soportó la cruz." Nunca temió al hombre ni dudó de Dios. Él tuvo valor y todo el amor todo el tiempo. Si adoras al Jesús de la Biblia, ése es el Salvador que adoras.
El modelo que Jesús nos da no es de dudas y miedos como el nuestro. El modelo que Él nos da es de perfección. Por eso, no debemos dar pábulo a las dudas y temores que experimentamos. De ninguna manera deberíamos darles valor. Más bien, debemos orar pidiendo misericordia con confianza en el Dios que resucita a los muertos. Eso es lo que Jesús modeló para nosotros. Y por eso Jesús murió, para permitirnos hacerlo (Tito 2:14).
Así que seamos celosos por lo que Jesús logró para nosotros. Él fue tentado en todos los aspectos como nosotros, sin embargo, Él estaba sin pecado. Fue obediente a Su Padre, hasta el punto de la muerte en una cruz sangrienta (Filipenses 2:8). Nunca se rindió, nunca se desanimó, nunca decayó en el celo. Y nosotros tampoco debemos. Podemos cobrar ánimo. Donde usted y yo hemos fracasado, Jesús ha vencido. De hecho, Jesús ha vencido al mundo, incluso nuestras dudas (Juan 16:33).
¿Estaba Jesús "indeciso" o era "escéptico" acerca de su Padre? ¿Jesús alguna vez "no creyó" o "desconfió" de su Padre? ¿Alguna vez consideró Jesús las promesas de su Padre como "improbables"? Responder a cualquiera de estas preguntas con un "sí" es hacer que Jesús sea un transgresor. Por eso es muy importante responder a esta terminología correctamente.
Cuando se trata de la moralidad de la duda, la cuestión clave es el objeto de la duda. Una cosa es dudar de sí mismo o dudar de otro ser humano, y otra cosa es dudar de Dios. Y es esta última lo que el Nuevo Testamento trata como pecaminoso y que Jesús nunca experimentó.

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