sábado, 4 de agosto de 2018

La perfecta dirección

“…Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne…” Gálatas 5:16 
Toda maquinaria inventada por el hombre está gobernada bajo la dirección de un eje o timón. Los grandes navíos son guiados por un pequeño timón, los coches, bicicletas todos son guiados por algo.
¿Qué está guiando tu vida? Si tus deseos te guían a las cualidades mencionadas en (Gálatas 5:22-23), puedes decir que el Espíritu Santo te está guiando. Pero si tus deseos están siendo guiados por tu carne, entonces puedes decir que es Satanás quien te guía.
Resultado de imagen de La perfecta direcciónAsí como cualquier invento que hace su inventor, así Dios guía a los que son suyos, los que se dejan guiar por Él. Es aquí donde empieza todo, dejarse guiar por Dios, entregarse en sus manos para que Él te dirija.
A pesar de estar en la Iglesia todavía no le había dado mi vida a Jesús completamente; había cosas que no quería dárselas, sentía que Jesús podría descuidarse en esa parte y me equivoqué. Pero un día hice una hoja en el ordenador en la que escribí “Señor Jesús, yo te entrego toda mi vida a ti para que hagas con ella lo que Tú quieras.”
Entregarse en manos del Señor es lo más maravilloso, no pensemos que si le entregamos nuestra vida, vamos a tener que dejar todo lo que estamos haciendo, no pensemos que Él nos va a quitar todo.
La verdad es que Él nos quitará todo estorbo que se interponga en nuestro camino, todo lo que Él vea que no es útil para tu vida lo quitará, y aquí está el problema, porque no queremos abandonar las cosas pasadas todavía, las queremos tener guardadas para ver si las podemos utilizar más adelante, hasta que nos damos cuenta que estamos totalmente perdidos.
Cuando uno se deja guiar por el Espíritu Santo, su vida cambia. Antes de hacer algo le pides dirección, y a veces Él te contesta: a lo que crees que es bueno Él te dice NO, y a lo que ves que no va servir Él te dice SÍ. Es así como opera, ¿por qué?
Porque Él no tiene la vista como la de nosotros ni tampoco sus pensamientos son como los de nosotros. Nosotros somos como las ovejas cegatas, y Dios no. Cada vez que le haces caso al Espíritu Santo algo va creciendo en ti, y se va desarrollando un fruto del Espíritu en tu vida.
Cuando decidas darle todo a Jesús experimentarás lo que es ser guiado por Él aunque no te guste. La obediencia trae consigo bendición. Y hacer su voluntad es un acto de obediencia a Él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario