“En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia”.
Proverbios 17:17
No hay nada como un buen amigo, no existe nada mejor que un amigo en Cristo. Tener un amigo que hable tu mismo idioma, el de Cristo; las mismas ganas de leer la biblia y compartir un versículo contigo.
No existe nada como un buen amigo que te comprenda, aliente y te diga "vamos, tú eres hija de Dios, continuemos". Tener un amigo así es una bendición hermosa, no hay nada comparable en este mundo.
¿Te imaginas un día lluvioso y no tener paraguas, o tener hambre y no tener un poco de pan?, pues el verdadero amigo es como el paraguas y el pan, ambos son oportunos.
Si encuentras un amigo así, riega esa hermosa amistad día a día, no la descuides. Además, hoy en día la tecnología nos ayuda mucho. Usémosla pues, para darle toda la gloria a Dios. ¿Cómo? Por ejemplo, podemos comunicarnos con ese amigo por teléfono, móvil, mensajes de texto, facebook, twitter, correo electrónico, etc.
La idea es no perder esa amistad. La amistad de un hermano en Cristo es tan dulce como la miel, tan reconfortante como un abrigo, tan sincera como nuestro señor Jesucristo. La amistad que hoy tienes vale mucho, aprendámosla a valorarla.
No cometamos el gran error de pensar que si ese amigo nos corrige deja de ser nuestro amigo. Al contrario, si nos corrige es porque en verdad nos quiere, te considera un verdadero amigo y desea que corrijas tus errores o vuelvas al camino.
Por último, démosle gracias a Dios por poner en nuestro camino tan bonita amistad, y démosle toda la gloria a Dios conservándola y creciendo junto con ella.
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